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((**Es18.706**) 19. Sociedad de Obreros Católicos de la Parroquia de S. Joaquín, de la que era Presidente honorario don Bosco. 20. Sociedad de la Juventud Católica y del Coraggio (valor) Católico. 21. A las demás representaciones, que se añadieren, se les asignará el puesto conveniente. 102 Los clérigos de Valsálice a don Miguel Rúa Reverendísimo Señor don Miguel Rúa: La ceremonia de hoy será un hecho de imperecedera memoria para la casa de Valsálice. Vuestra Revma. Paternidad nos ha entregado en nombre del Capítulo Superior los venerados restos de nuestro común padre y fundador. Nos apresuramos a daros las gracias más sentidas por tan inapreciable favor; al mismo tiempo, os aseguramos que procuraremos ser vigilantes guardianes del sagrado tesoro. Prometemos seguir con solícita y amorosa atención los recuerdos que nos dejasteis ante la tumba de don Bosco y juramos de corazón sobre la misma que queremos trabajar para ser siempre dignos hijos de tan gran ((**It18.838**)) padre. Queremos trabajar para que, al salir de Valsálice se pueda decir que somos vástagos crecidos sobre esta bendita tumba. Sostenga Dios nuestros propósitos y la intercesión del mismo don Bosco haga que nunca lleguemos a faltar. También monseñor Cagliero nos dejó en su hermosísimo discurso un recuerdo especial: nos dijo que recibiéramos bien a los Salesianos que vinieran aquí a rezar junto a los amados y santos restos del bendito padre. Pues bien, sí. Vengan nuestros hermanos, vengan sin miedo a causarnos molestia, porque nosotros los recibiremos siempre con los brazos abiertos y uniremos nuestras plegarias a las suyas, nuestros suspiros a los suyos, nuestros propósitos a los de ellos para que todos podamos llegar a ser verdaderos imitadores de las virtudes del padre común. Vengan todos y pueda esta casa convertirse en un santuario de nuestra Congregación. Dijo un día el Divino Redentor que su sepulcro sería un día glorioso. También nosotros podemos esperar, en nuestra pequeñez, poder repetir lo mismo respecto a este nuestro sepulcro. Haga Dios que nuestros ardientes deseos sean pronto realidad. Y, si pudiera faltar algo, nos ofrecemos nosotros mismos al Señor y procuraremos con el sacrificio y la oración apresurar el deseado instante. Sí, querida Madre María Auxiliadora, vos que tanto os esmerasteis en favor de vuestro gran devoto, seguid vuestra labor: dádnoslo pronto glorificado como nuestro corazón lo desea. Algo más queremos hacer en este mismo día. Un deber se impone a nuestro corazón. Nos parece que no quedaría bien cerrada la jornada, si no calmásemos en parte el inmenso dolor que aflige nuestro corazón, estrechándonos en torno al nuevo Rector Mayor, nuestro querido don Miguel Rúa, que supo, aún en vida de don Bosco, inspirarnos tanta confianza, ganarse tanto afecto, imponernos tanta veneración. Sabemos que el Santo Padre ya había designado hace tiempo a V. S. como sucesor del venerado don Bosco. Nos consideramos felices, por tanto, al reconocerle como tal, y nos tenemos por muy afortunados al poderle saludar con el nombre de padre. Y (**Es18.706**))
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