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((**Es18.621**) Le suplico comunique a don Bosco mis afectuosos saludos. Suspiro por la hora de tenerle con nosotros en Niza. Le queremos todos mucho. Nos encomendamos a sus santas oraciones, sobre todo, durante la novena de la Inmaculada. Niza, 28 de noviembre de 1887. L. CARTIER 51 Carta de don Antonio Riccardi a don Bosco Muy reverendo y querido don Bosco: Después de mi última de dos del corriente, hubo algunas novedades que quiero comunicar a su Paternidad, pensando que le gustarán. Como ya le escribí varias veces, durante nuestra estancia en Patagones, nuestro Monseñor, con su característica afabilidad y sus graciosas y francas maneras, que le señalan como primogénito de nuestro queridísimo papá don Bosco, se ganó primero la admiración y después, poco a poco, la simpatía general, que tal vez pudiera llamarse también cariño, de las Autoridades y de las poblaciones de ambas orillas del Río Negro. Fruto satisfactorio de ello fue primeramente el acercamiento de las autoridades a los salesianos y después la conciliación con las mismas, realizada el día de la Navidad de Nuestro Señor Jesucristo, como ya comuniqué en su día a V. S., por medio de la carta dirigida al querido don José Lazzero. Después, en estos días, hemos tenido que dar gracias al Señor y a María Santísima Auxiliadora por otro favor. El comandante de las fuerzas militares de Río Negro, que es, además, secretario del señor Gobernador, general Winter, vino exprofeso de Viedma a Buenos Aires para ingresar a dos hijos suyos en nuestro colegio de Almagro. Persuadido de que solamente una educación cristiana puede ayudar a hacer buenos y útiles ciudadanos, y que no basta al hombre la ciencia. si no va unida a la religión, él, que fue educado en sus primeros años en el colegio de los RR.PP. Jesuitas, confió a los Salesianos la educación de sus hijos. Y nosotros los hemos aceptado con alegría y nos proponemos hacerles todo el bien posible. Este suceso, querido don Bosco, es un gran paso adelante para nuestras misiones, según mi parecer. En efecto, este señor Roa se opuso durante mucho tiempo, con odio mortal, a nuestro don José Fagnano y a los Salesianos en general, contra los cuales no dejó de luchar por todos los medios y ((**It18.737**)) ardides; en público, a través del periódico La Palagonia, del que es propietario y redactor y que se imprime en Viedma; y, en privado, aprovechándose de su posición de segunda autoridad después del Gobernador, para dificultar todo proyecto de evangelización de los pobres indios de Patagonia. El mal que ha hecho a los Salesianos y a las misiones a ellos confiadas, sólo puede medirlo Dios, que ve y escruta el corazón. Por ello, damos justamente gracias al Señor y atribuimos a una gracia de María Auxiliadora el acercamiento y la confianza de este hombre, y creemos, como dije, que ello será la señal de un porvenir próspero para nuestras misiones. También en estos días, ha recibido Monseñor una carta de don Domingo Milanesio (**Es18.621**))
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