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capaz de igualarlo, sino digno de sucederle y de
hacer menos perjudicial su pérdida a la religión y
a la sociedad. íCon qué gusto, de haberlo sabido,
habría saludado a su representante en los
funerales celebrados con tan noble piedad en la
iglesia de las Gracias! 1 íMantenga vivo en esta
juventud el espíritu de abnegación y caridad que
don Bosco ha dejado sembrado en ella!>>.
Monseñor Pedro Tarino, canónigo arcipreste del
Cabildo de Biella, escribía: <>. Monseñor Francisco de los condes
Serenelli, cooperador de primera hora y director
durante muchos años de los cooperadores de Verona,
se expresa así: <((**It18.626**)) y lo
reverenciamos como a nuestro superior.
Consideramos que encontramos en usted el cariño de
don Bosco, su autoridad y nuestro guía>>.
Monseñor Brandolini, obispo de Céneda, decía
simplemente: <>. Y monseñor Guarino, arzobispo de
Mesina: <>. Y el cardenal Sanfelice, arzobispo
de Nápoles: <>.
Son muchísimas las cartas procedentes de
Francia. Sólo hablan de don Miguel Rúa las de
algunos, que le conocieron de cerca. La señora
Quisard, la conocida cooperadora de Lyon, en su
carta de pésame, se honraba en asegurarle que su
familia, lo mismo que se había interesado en lo
posible por don Bosco, lo haría en adelante por
don Miguel Rúa, hijo predilecto de don Bosco, su
brazo derecho y sucesor, y rogaba que le hiciera
partícipe de las bendiciones y gracias, de las que
don Bosco le constituiría cauce e intermediario.
La familia de los
1 Este funeral se celebró el quince de febrero.
Representó a don Miguel Rúa el ecónomo general don
Antonio Sala.
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