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((**Es18.498**) Italia, en sus viajes por Francia, Bélgica, Holanda y Alemania. Cuando se presentaba en las sacristías para celebrar la misa, le preguntaban muchos si conocía a don Bosco, y, cuando decía que había sido su alumno, veíase colmado de atenciones y entretenido con largas conversaciones, por el deseo común de conocer sus obras. Y concluye así su deposición: <>. >>Quién no conoce al teólogo Leonardo Murialdo, fundador de los josefinos, cuya causa de beatificación está en curso? Es sabido lo mucho que ayudó a don Bosco en los comienzos de sus oratorios festivos en Turín; así comenzaron sus relaciones con él en 1851. <((**It18.575**)) número de personas, lo mismo del pueblo que de la alta sociedad. Yo mismo tuve una prueba. Una señora de Saint-Etienne (Francia), envió a don Bosco, unos años antes de su muerte, a un sacerdote de su confianza expresamente a Turín para rogarle que fuera a donde ella se encontraba, porque esperaba obtener su curación con su bendición. También tuve ocasión de oír varias veces en Francia los elogios que le tributaban como a un hombre digno de toda admiración.>> Y al preguntarle qué podía decir sobre su fama de santidad post obitum, respondió: <> 1. Dos obispos depusieron como testigos oculares. Fue el primero monseñor Vicente Tasso, de los paúles, obispo de Aosta, que había cursado el bachillerato en el Oratorio desde 1862. Declaró: <(**Es18.498**))
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