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((**Es18.341**) Y les hacen trabajar de firme, por los pocos alimentos, harapos y enseñanza que les dan, si es verdad que se lo dan. Además del orfanato, visitamos la iglesia, que no es más que un gran salón con dos bancos a los lados, una mesita, una especie de cátedra y una estufa en medio. Colgados de las paredes había unos cartelones con unas inscripciones en grandes letras, en algunos de los cuales se lee: W. the Queen! (íViva la Reina!) W. the Republic! Nos dijeron que también servía para escuela de los indios. Visitamos, además, dos casas de familias indígenas, íAy!, se quiebra el corazón sólo al recordarlas. Unas mujeres andrajosas en derredor de una estufa, una especie de camastros con tablas y hojarasca en los rincones, unos pocos guiñapos colgando de las paredes, algún cacharro de lata y algunas botellas formaban todo el ajuar de aquellas familias, amontonadas en aquellas insalubres chozas. Y sabe Dios cuánto les habrán costado aquel sombrajo y aquellos enseres. Mas no crea que sea lo mismo para el reverendo misionero, su esposa y su ((**It18.390**)) familia. íAh, no! Ellos viven en un cómodo y buen chalet, provisto de todo cuanto puede hacer agradable la vida, no sólo en un desierto a cincuenta y cinco y más grados de latitud sur, sino hasta en el mismo Buenos Aires: es un bonito palacete ricamente amueblado y tapizado, con ventanas de doble cristal, con postigos y persianas dentro y fuera. Y no hablemos de manjares y licores, de conservas y dulces, de salsas de toda clase que los fastuosos ingleses han sabido inventar, porque el mejor gastrónomo quedaría desconcertado. >>Y qué puedo decir yo, ignorante y profano como soy en esa ciencia? Si tuviera que describir los lunchs y los banquetes que el exmisionero Bridges, actualmente rico negociante y propietario, daba a los comandantes de los barcos argentinos, me encontraría muy apurado para encontrar términos adecuados y suficientes. Bástele saber que, a más de lo dicho, tiene siempre huevos y pollos, y también chuletas en abundancia; carne de caza y de pesca, no se diga; los indios que son buenos cazadores y buenos pescadores le proveen de cuanto desea; en cuanto a la leche fresca y en conserva no tiene que envidiar a nadie. Posee en distintos puntos de la isla abundantes vacadas y vende carne, a veces, a cinco escudos, veinticinco francos la arroba 1, Verdaderamente el capitán Bove, que guió una expedición a la Tierra del Fuego el año 1882, hizo los más lisonjeros elogios del reverendo Bridges, a quien antes mencionamos, y resulta fácil adivinar el porqué. Al principio, el señor Bridges lo miró con prevención; pero después lo trató espléndidamente durante varios días, poniendo a su disposición sus dos barcos, tras el conocido naufragio; por este motivo y porque pensaba volver por allí, el explorador italiano hizo tantas alabanzas de su huésped. Y con todo es muy extraño que, llevando ya tantos años en Argentina en tiempos de monseñor Fagnano, los misioneros ingleses no conocieran el español; y que no enseñasen a los que convertían más que a chapurrear el inglés. Cuando don José 1 Lo de los lunchs y los banquetes, lo he sabido por algunas relaciones con los comandantes de los barcos (nota de don José María Beauvoir). (**Es18.341**))
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