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((**Es18.255**) tiempo, permitiría al uno y al otro valerse en muchos casos de los otros miembros del Capítulo y del Director local de Nizza. 4.° Se cumpliría la regla que prescribe que dependa del Vicario la decisión, siendo prerrogativa del Superior el decidir en un caso dado. Entonces don Miguel Rúa nombró a don Juan Bonetti, catequista de la Congregación, Director general juntamente con él. Y así quedó establecido. En todo el mes, hasta el día catorce de marzo, no hubo ninguna otra reunión. En ella se trató del destino a dar a la casa de Valsálice, tema sobre el que se volvió a tratar en la cuarta reunión del día diecinueve de abril. Hablaremos de ello más adelante. Don Bosco asistió a la tercera del día veintiocho de marzo, escuchó, intercaló algún parecer suyo, pero sin decir ((**It18.289**)) nada relevante, salvo sus deseos de que se presentase una oportunidad para la apertura de una casa salesiana en la ciudad de Cúneo. A pesar de las incomodidades que desaconsejaban las salidas de casa, quiso hacerlo varias veces durante el mes de febrero. El día tres fue a la iglesia de San Juan Evangelista, donde se dio a los Cooperadores la conferencia de San Francisco. En una comunicación a un periódico de Venecia 1, se leía: <>. Habló en su lugar el Rector de la iglesia, don Juan Marenco. Después de la función, los Cooperadores rodearon a don Bosco, ávidos, como siempre, de verlo de cerca, saludarlo y oír una buena palabra de sus labios. Pocos días después se ocupó también de don Bosco un semanario de Milán dirigido por don Albertario 2. En primera página, con un retrato que tenía mucho parecido, se leía un extenso artículo que rebosaba admiración. <(**Es18.255**))
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