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((**Es18.232**) A propósito de milagros, es digno de recuerdo lo que le sucedió a don Esteban Trione. Era, entonces, este celosísimo salesiano catequista de los estudiantes en el Oratorio; al volver de una breve misión, refirió a don Bosco los frutos admirables de su predicación. ((**It18.262**)) El Santo le respondió sonriendo: -Quiero obtenerte de Dios el don de los milagros. Y él, espontáneo como siempre, dentro de su sencillez, respondió: -íNada mejor! Así podré convertir más fácilmente a los pecadores. Entonces don Bosco, con el rostro muy serio, continuó diciendo con gravedad: -Si tuvieses este don, muy pronto pedirías llorando al Señor que te lo quitase. Seguramente que el Siervo de Dios pensaba en aquel momento en la tremenda responsabilidad que tiene ante el Señor quien recibe de él dones tan extraordinarios. Entre los milagros de don Bosco será preciso contar también la heroica fortaleza, con que sostuvo largas y feroces contradicciones, y su invencible paciencia en aguantar penosas y persistentes enfermedades. íCuántas y qué grandes vicisitudes para obtener la comunicación de los privilegios! Concluidos los trámites, encargó a don Joaquín Berto que reuniera y ordenara todos los privilegios obtenidos, trabajo largo y difícil, que guardan nuestros archivos en una carpeta muy voluminosa. Cuando la compilación tocaba a su fin, el compilador se lo notificó a don Bosco, agregando que había motivo para estar contentos por la comunicación de los mismos, pues se evitarían muchas dificultades en lo porvenir. El Santo le respondió con profundo sentimiento: -Mas, para llegar a este punto, hemos debido cruzar el mar Rojo. Don Francisco Cerruti depuso en el proceso informativo sobre su estado de salud en los dos últimos años 1: <(**Es18.232**))
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