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((**Es18.177**) Curia arzobispal, que le escoltaron honoríficamente hasta el Arzobispo. Subió la escalinata con mucho trabajo, sostenido y llevado ((**It18.196**)) casi en volandas por brazos vigorosos; pero todos comentaban la vivacidad de sus ojos y la lucidez de su mente. El Venerando Prelado, ya casi octogenario, salió a su encuentro, le abrazó con cariño y le recibió con las mayores demostraciones de aprecio y cordial amistad. -Excelencia, se apresuró a decirle don Bosco: antes de morir, quería recibir una vez más su bendición. Monseñor se mostró también afabilísimo con los Salesianos que acompañaban a don Bosco y en seguida empezó a hablar en su dialecto, recordando su tierra piamontesa de nacimiento y las relaciones personales que había tenido con don Bosco y con sus hijos. El Siervo de Dios parecía cansado, por lo cual, tras un breve refrigerio, lleváronle a descansar a la habitación que le habían preparado. A las cinco y media, hora de la comida, ya se había repuesto un tanto, así que sostuvo una animada conversación con los invitados. Después recibió algunas visitas. Cuando, ya cerca de las diez, se dispusieron a ir a descansar, el Arzobispo quiso que don Bosco le diera su bendición; y, previendo su resistencia, hincóse de rodillas ante él en actitud muy devota y después lo abrazó con mucho afecto y lo acompañó hasta su habitación. El pensamiento de don Bosco volaba hasta Valsálice, donde se estaban haciendo unos ejercicios espirituales; y así, aquel día por la tarde, Viglietti había escrito a don Miguel Rúa por orden suya: <>. La conferencia salesiana había sido muy bien preparada. Se celebró, el día doce por la mañana, en la iglesia de Nuestra Señora de las Gracias. Sentía el Arzobispo que no fuera aquella la mejor época, pues se hallaban ausentes las familias pudientes, que ordinariamente no volvían de sus vacaciones hasta Todos los Santos; sin embargo, la concurrencia fue grandiosa. Los muchachos del Oratorio, que habían ido allí desde Brescia, cantaron magistralmente algunas ((**It18.197**)) partes de la misa; el Sancta Maria, succurre miseris de Cagliero emocionó a los mismos periodistas profanos, como se ve por sus artículos. Terminada la Misa, entró el Arzobispo en la iglesia, adelantándose algunos minutos a don Bosco, el cual llegó acompañado de don Luis Lasagna y don Carlos Viglietti. Por el camino lo saludó la gente con gran (**Es18.177**))
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