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((**Es18.129**) Cuando el Siervo de Dios salió al patio del Oratorio, los Cooperadores le rodearon en gran número con un afecto indecible. <> escribía el Boletín Salesiano de julio del 1886. Con todo, decían unos y otros, al verle moverse con tanta lentitud y tan encorvado: -íCómo ha envejecido! Viglietti escribe en su diario: <>. En la fiesta, aunque era día laborable, hubo tanto concurso de gente como jamás se había visto en el oratorio. El Cardenal Alimonda asistió pontificalmente a la misa cantada por un Obispo y volvió por la tarde para la bendición eucarística. En el Oratorio se reunieron sucesivamente centenares de sacerdotes y de seglares, amigos de don Bosco, para alegrarse con él y hacerle agradable compañía. Le acompañaron a la mesa, por un lado, el Cardenal y varios Obispos; y, por el otro, los condes Colle y varios Cooperadores italianos. Desde por la mañana estaban en el Oratorio y tomaron parte en las funciones todos los novicios de San Benigno, que acudieron para visitar a don Bosco en un día tan hermoso. El quiso verlos a todos juntos y, al despedirse ((**It18.141**)) de ellos, les dijo: -Ya sois muchos; pero el noviciado será aún más numeroso. Os regalo dos medallas, una para vosotros y otra para quien queráis. Os la doy pequeña para que, si la mandáis por correo no sobrepase el peso. También os doy la bendición para que, como clérigos y como sacerdotes, podáis hacer mucho bien; y os la doy, además, para todos los de vuestra familia. Yo me acordaré siempre de vosotros. Muy avanzada ya la tarde, el Santo se emocionó mucho al oír desde su habitación el grito atronador de íViva María Auxiliadora! que miles de voces repitieron, desde la plaza del Santuario, ante el espectáculo de la cúpula iluminada. Dos días después de la fiesta de María Auxiliadora, presidió el Santo una reunión capitular importante, a la que también asistió el Procurador General, don Francisco Dalmazzo. Este, en nombre del Ministro de Asuntos Exteriores, el conde de Robilant, que había tratado con él confidencialmente por medio del comendador Malvano, propuso a don Bosco la fundación (**Es18.129**))
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