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((**Es17.730**) llevado al hospital de San Luis, donde están las Hermanas del Huerto, a las que confesamos nosotros. Cuando fui allí para este ministerio, la Superiora me habló de dicho joven; me lo presentó, hablé con él, se confesó repetidas veces y dio un cambio tal en religión que todos quedaron admirados. El padre estaba lejos, la madre había fallecido; fue entonces cuando la Presidenta de las Damas de la Caridad, que es cooperadora salesiana, me encargó que hablara a nuestro Superior para que fuese admitido en el colegio Pío IX. Vino al Colegio, recibió aquí la primera comunión; tenía gran inteligencia y una alegría desenfrenada y volcánica. Le autorizamos para que, cuando se enfadaba con los asistentes o con los compañeros, corriera a la iglesia o al Superior; así lo hacía y nunca pasó nada; más aún, durante los dos años que estuvo aquí, nos dio muchos consuelos. Mientras tanto, llegó el padre judío de la provincia de San Juan; el hijo intentó convertirlo y no le fue posible; por fin, tanto hicieron los amigos del padre que lo sacaron del Colegio. De amigo nuestro pasó a ser desagradecido y enemigo; y se dio a escribir en un periódico contra este Colegio que lo había salvado. Fue entonces cuando algunos alumnos nuestros y compañeros suyos tomaron nuestra defensa en otros periódicos y lo hicieron callar. Nosotros deplorábamos aquella desgracia, pero ahora vemos la trama de los designios de la Providencia. Braun, sin quererlo, ayudó a la conversión de Bach; y Bach, a su vez, parece dispuesto a hacer volver a Braun al buen camino, pues ya está arrepentido de haber cometido una ingratitud tan mostruosa por instigación de malos compañeros. Bendiga, querido don Bosco, a esta pobre juventud y bendíganos también a nosotros para que, con celo puro y constante, podamos dedicarnos totalmente a su salvación. ((**It17.846**)) 99 Cartas de don Bosco en francés A Señora Quisard: Usted me llena de confusión; sus augurios, su donativo, la benevolencia de toda su familia, son para mí de gran satisfacción y aliento para las obras de mis huérfanos. Mi salud ha mejorado mucho, pero no lo suficiente todavía para aventurarme a ponerme en viaje. Dado caso que no sea demasiado para usted darse un paseo hasta Turín para la fiesta de san Francisco, sería, sin duda, una gran fiesta, para todos nosotros. Ya me cuidaré de comunicarle el día fijado para esta solemnidad. Le ruego, señora, presente mis mas respetuosos saludos a su señor marido y a toda su familia. No dejo de recordarla muy particularmente todas las mañanas en la santa misa, a fin de que el Señor le prepare un venturoso porvenir que no creo lejano. Animo, paciencia, oración. Le ruego, señora, tenga la bondad de entregar a mi amigo Antonio la cartita incluida en la presente. Que Dios la bendiga a usted y a todos los suyos y que la Virgen sea su guía en el camino del paraíso. (**Es17.730**))
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