Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


((**Es17.640**) ojos, para entregarlo seguidamente en pliegos inmaculados a los jóvenes impresores. Estos han compuesto ya la plancha de impresión con caracteres hechos, cerquita de ellos, por sus compañeros de la fundición tipográfica; someten el pliego a la acción de la prensa y lo pasan al encuadernador, que lo dobla, lo cose y, en conclusión, forma un libro cubierto con tafilete y lo pasa al dorador; éste entrega, por último, al librero un magnífico volumen con los cortes dorados y artísticamente decorado con los más graciosos filetes de oro. Se imprimía entonces una magnífica edición de Fabiola, con numerosos y finísimos grabados, cuya ejecución no dejaba nada que desear. Yo estaba estupefacto; aquel encantador conjunto, aquella embelesadora síntesis del trabajo y la confección rápida y económica que permite obtener, sin mermar la perfección del producto, es, sin duda alguna, lo más interesante que yo he visto y lo más útil en la exposición de Turín; éste será mi mejor e incluso, tal vez, mi único recuerdo. Don Bosco ha demostrado al mundo que la Iglesia y el sacerdocio no son los enemigos, sino al contrario los mejores amigos de la sana civilización y del verdadero progreso. Compendio mi viaje y mis impresiones en este único pensamiento que expresaba al principio de la carta. He visto lo que Dios ha hecho por medio de don Bosco: Dios ha otorgado sus bendiciones y su gracia: don Bosco, la cooperación de su abnegación caritativa e inteligente. Don Bosco no tenía más capital que a su pobre madre, a quien debía los generosos ardores de su noble corazón, un viejo reloj, regalo de la caridad de un amigo, unos céntimos y su celo. Reciba, querido amigo, mis palabras de gratitud por su buena recomendación ante don Bosco y la expresión de mis más afectuosos sentimientos en J. C. Nuestro Señor. Su amigo, que se honra al ser ahora Un Cooperador Salesiano (Bull. Sal., dic.1884) ((**It17.740**)) 29 Protesta de don Juan Cagliero y de don José Fagnano por la conversión de los bienes de Propaganda. Eminentísimo Príncipe: Clama, ne cesses et quasi tuba exalta vocem tuam (Isaías 58, 1), dijo el Señor a su siervo: <>, reclama sin descanso los derechos del cielo sobre la tierra, de la justicia sobre la iniquidad, de la razón sobre la fuerza. <>, el Vicario de Jesucristo, el gran Profeta, el Romano Pontífice, vengador de los derechos divinos y humanos de la Iglesia de Jesucristo, ha levantado repetidas veces el grito de protesta contra sus inicuos expoliadores, contra los opresores de su libertad, los dilapidadores del patrimonio eclesiástico. Esta voz resonó últimamente más fuerte que nunca, suscitando mil y mil veces más enérgica en todo el mundo la protesta contra la sacrílega sentencia con la que el tribunal de casación, haciéndose como árbitro del universo, en Roma, centro del mundo católico, (**Es17.640**))
<Anterior: 17. 639><Siguiente: 17. 641>

Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


 

 

Copyright © 2005 dbosco.net                Web Master: Rafael Sánchez, Sitio Alojado en altaenweb.com