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((**Es17.633**)Bertello . Las conferencias de este Capítulo fueron quince: en las primeras se leyeron nuestras santas Reglas, en las que, sin reformar nada, se coordinaron algunos puntos; se aclamaron otros según nos lo sugirió la práctica y, por fin, se introdujeron algunos puntos tomados de las reglas de nuestros hermanos los Salesianos. En las últimas conferencias, hemos procurado adoptar para nosotras las preciosas e importantísimas deliberaciones de los Capítulos Generales de los Salesianos, nuestros hermanos y dignísimos hijos suyos, de la observancia ((**It17.731**)) de cuyas deliberaciones espero un óptimo resultado para la buena marcha de la querida Congregación. Aquí tiene, Rvmo. Padre, lo que me interesaba comunicarle, en nombre también de este Capítulo y de las Directoras; las actas que se levantaron y las deliberaciones tomadas, serán enviadas cuanto antes, junto con la santa regla, a V. R. P., para que haga de ellas lo que in Domino estime oportuno y ponga el visto bueno si lo cree útil para sus hijas en Jesús. Nuestros santos ejercicios tocan ya a su fin y, para su consuelo, apoyándome en lo que me dicen estos reverendos Superiores, puedo decirle que resultaron provechosísimos, gracias a la ayuda de sus oraciones, Venerado Padre, y al celo de estos buenos Predicadores. Deo gratias! El próximo domingo, después de la Comunión general, que aplicaremos por la salud de nuestro querido Padre, tomarán el hábito unas veinte, unas treinta harán los votos temporales y, seis, los perpetuos. Tomaron parte en estos santos ejercicios unas doscientas cincuenta hermanas y unas sesenta postulantes. Me parece que el estado moral y físico de la Congregación es bastante bueno gracias a Dios. Asístanos usted con su fervorosa oración y con sus preciosos consejos, y así espero que seguiremos dándole buenas noticias. Acepte los respetuosos saludos de la Comunidad y especialmente de las futuras profesas y novicias; rece mucho por mí y por todas, para que ninguna, Dios no lo permita, se haga indigna de la divina misericordia. Con todo el respeto y veneración de hija, me profeso ahora y siempre suya en Jesús. Nizza Monferrato, 22-8-1884 Su humilde hija, SOR CATALINA DAGHERO 24 (el original en francés) Don Bosco Diversos motivos nos han obligado, en estos últimos tiempos, a descender hasta los bajos fondos de la sociedad. Hemos palpado la miseria al vivo. Hemos penetrado con nuestra mirada asombrada en los abismos tan poco conocidos del vicio y de la ignorancia, hijo el uno de la otra, y nos ha sobrecogido el vértigo. No puede uno hacerse idea, en nuestro mundo, de la increíble profundidad del abismo del mal y de la ignorancia, en el corazón mismo de nuestra pretendida civilización. La miseria vergonzosa corroe nuestra pobre sociedad hasta el corazón; lo hemos visto, lo hemos palpado; pongámonos en guardia. En el mismo momento en que considerábamos, pasmados, el horror de la llaga que nos devora, cayó en nuestras manos la vida de don Bosco, escrita por el señor du (**Es17.633**))
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