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((**Es17.429**) nuestros sudores para abrirse paso a una carrera, a la que no queremos encaminar a nuestros muchachos. La discusión se planteó después en Valsálice, en la sesión capitular de la mañana del día dieciséis de septiembre. Extractamos de las actas el interesante debate. DON MIGUEL RUA presenta el proyecto propuesto por don Bosco para la abolición del quinto curso de bachillerato en el Oratorio. DON BOSCO explica: -Mi intención es que esta abolición concierna a todas nuestras casas de beneficencia y sólo a éstas. ((**It17.499**)) DON JUAN BONETTI pide que se expongan razones en favor y en contra, porque el Capítulo debe estar al corriente en una cuestión tan importante. DON MIGUEL RUA hace una breve relación de sus observaciones. El ha examinado el resultado en los exámenes de los alumnos del quinto curso de bachillerato, ya sea respecto a la vocación religiosa, ya sea respecto a los que, después de aprobar el examen de grado, no siguieron los estudios eclesiásticos. Ha revisado los registros de las escuelas de ocho cursos consecutivos y encontró que todos aquellos, en los que hubo un buen profesor en quinto curso, resultó bien el examen de grado o reválida y hubo un gran número de vocaciones. Por el contrario, los años en los que hubo un profesor poco apto o menos hábil, fallaron las vocaciones y el resultado del examen fue muy escaso. El florecimiento de las vocaciones depende, por tanto, del profesor. Cuanto más empeño se pone en hacer estudiar por la gloria mundana, tanto menor es el contingente que queda para la Congregación. Si pasamos, después, a hablar de lo que se oye decir contra el quinto curso, se repite que los jóvenes no piensan más que en los estudios y en el examen de grado o reválida, cuidándose muy poco de la piedad y la vocación; que los profesores, para animar a los alumnos a estudiar, machacan continuamente el tema de salir airosos en el examen de reválida y brillar en el mundo con una profesión distinguida. Dice que ha hablado con don Domingo Belmonte, el cual, sin ser preguntado sobre el particular, propuso la abolición del quinto curso. También don Albino Carmagnola afirmó que cuatro o cinco de sus alumnos en Sampierdarena no quisieron ir al Oratorio, halagados por el examen de grado. DON BOSCO: -Hace ya algunos años que pienso y medito en el rompecabezas que son para mí esas manías del examen de reválida. Hemos de considerar la cuestión desde un punto de vista importantísimo. Estos jóvenes están gratuita o semigratuitamente en el Oratorio. >>Dónde va a parar a la postre esta caridad? No para la promoción de vocaciones o para el provecho de la religión, como querrían los bienhechores. íNo debemos exponernos a merecer e incurrir en sus reproches! Gastar tanto dinero para mantener a quienes, después, aprovechan sus estudios para llegar a ser periodistas de la peor prensa, es algo intolerable. Los que conocen la conducta de estos desgraciados dirán: >>Quién los ha educado? Y se contestará: íFueron educados por don Bosco! íEs una vergüenza para nosotros! Mas, para abolir el quinto curso de bachillerato, tenemos muchas otras razones que conciernen a la moralidad. El espíritu de los muchachos se pervierte al pasar del cuarto al quinto curso por las esperanzas de un porvenir más risueño, por la libertad soñada, por las ambiciones que se despiertan. Córteseles, pues, este camino para pasar al quinto curso. El que quiera cursar el quinto curso, vaya a los colegios especiales como Alassio y Lanzo. >>Que no puede pagar la pensión? No nos corresponde a nosotros pensar en esto. Piénsenlo ellos. Mas si alguno, por circunstancias de mérito particular, fuese digno de miramiento, podrá (**Es17.429**))
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