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((**Es17.294**) sea instituida canónicamente. Si la aprueba solamente el Obispo, puede éste quitárnosla a su beneplácito. Por el contrario, si la aprueba Roma, el derecho parroquial es perpetuo. Además, sean cuales fueren las cuestiones a tratar con las Congregaciones Romanas, es necesario haber estudiado bien la materia y estar seguros de tener derecho a lo que se pide, pues, de lo contrario, no se puede alcanzar. Los Curiales no se cuidan de estar al día de los Breves, Decretos, decisiones, etc. Por consiguiente, encargó a don Juan Cagliero que escribiera a monseñor Magnasco para prevenir cualquier posible error. Cuando el Vicario General vio cómo se había introducido el cambio, no llevó a mal que se hubiese rechazado el decreto. Procedióse después al nombramiento del párroco y el Arzobispo aceptó que éste recayera en don Miguel Angel Braga, catequista en Roma. Sin embargo, la Congregación no había recibido todavía la investidura de la parroquia; por consiguiente, don Bosco insistió: -Háganse los trámites cuanto antes. Pónganse de acuerdo en primer lugar el Obispo y el Rector Mayor; envíese después a Roma el borrador del convenio, para que sea aprobado. Con este procedimiento, entraremos en plena posesión de los derechos que nos corresponden. De todos modos, para proceder con seguridad en el desarrollo de las negociaciones, se encarga a don Juan Cagliero de que estudie en la obra De collatione parochiarum ad regulares de Bouil lo que procede hacer y que informe de ello al Capítulo. En cuanto al placet del Gobierno, habrá el inconveniente de que, a veces, algún párroco regular pueda oponerse a ceder a otro la parroquia o a cambiar de casa, si el Superior lo mandase. ((**It17.340**)) Para evitar este invonveniente, es mejor poner las parroquias a nombre de los Directores, que serían siempre las personas más estables. Si ellos no pueden cumplir los deberes, elíjanse un Vicario 1. Los asuntos de Sampierdarena proporcionaron una larga discusión el día nueve de diciembre, bajo la presidencia de don Bosco, que intervino con alguna frecuencia. Resultará agradable leer el resumen, que hizo de ella el secretario en las actas. Tomó parte en la sesión don Domingo Belmonte, director de la casa. II. DON DOMINGO BELMONTE tiene la palabra. Dice que ya casi no existe en Sampierdarena el oratorio festivo para los externos, por ser incompatible que los muchachos internos y externos estén mezclados. Era floreciente antes, pero ahora apenas si tiene una docena de muchachos. El patio es ya demasiado pequeño para los internos, que llegan a trescientos, entre estudiantes y aprendices; hacen juntos el 1 Actas del Cap. Sup. 4 de julio y 24 de octubre de 1884. (**Es17.294**))
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