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((**Es17.279**) en Carmagnola, histórica villa en el distrito de Turín. Después de una larga discusión sobre ello, dijo don Bosco: -Empiécense las negociaciones a condición de que se aguarde para concertar la fecha y que se nos deje la libertad de poner las condiciones que se juzguen más oportunas. Se trató, pero no se llegó a ninguna conclusión. El ayuntamiento de Carignano, importante centro en los aledaños de Turín, hizo un ofrecimiento materialmente halagüeño. Había quedado vacío el convento de los Franciscanos, porque se habían retirado los religiosos sobrevivientes y el Provincial manifestó legalmente la satisfacción del General de que entraran en su lugar los Salesianos. La junta municipal, por unanimidad, invitó a don Bosco a abrir en seguida en él las escuelas elementales y más tarde, por grados, los cursos del bachillerato; cedería el edificio y daría seis mil liras anuales. Una persona prometía diez mil liras para las obras de adaptación. Además, había dos casas próximas, propiedad de dos buenos sacerdotes muy amigos de don Bosco, que se las traspasarían a él más adelante ((**It17.322**)) por testamento. Don Bosco habría dado su consentimiento, si se le hubiese concedido comenzar dentro de poco; pero allí no se tuvo paciencia para esperar 1. El Obispo de la capital de las Marcas, monseñor Aquiles Manara, ofreció, primero, una casa, que se rechazó por falta de personal, y, después, una parroquia de seis mil almas en Borgo Pío. Los feligreses, escribía el Prelado, eran <>. Don Bosco escribió en el margen superior de la carta: <>. Y don Celestino Durando la leyó en la reunión capitular del día veinticuatro de octubre; pero, desgraciadamente, hubo que rechazar la invitación por falta de persona apta en el momento. Sin embargo, no se dejó perder la idea para Ancona; por eso, como sucedía cuando después de una primera negativa, no se perdía en seguida toda esperanza, sino que se volvía de vez en cuando a la carga con otros proyectos, el cardenal Manara, ya anciano decrépito, pudo ver surgir en 1901 el actual instituto junto con la nueva iglesia, convertida por él en parroquia y fue testigo de la transformación radical realizada por un oratorio festivo en un barrio lamentable. En la sesión capitular del día veintiocho de febrero, don Bosco mandó leer cuatro peticiones: tres de las cuales se tratarán en el capítulo 1 Actas del Cap. Sup., 21 de febrero y 19 de mayo de 1884. (**Es17.279**))
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