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((**Es17.273**) Decía que pertenecían a una raza de vagabundos, que eran gente reclutada a la ventura, hombres ineptos para el progreso de la civilización, estafadores, turbulentos, codiciosos, fanáticos, individuos sin vínculos de familia o de nacionalidad, capaces solamente para timar dinero y denigrar a Argentina en el extranjero; que su Boletín era un medio para fomentar el espíritu de secta entre los lectores y propalar noticias estrafalarias sobre la República; que se debía expulsar a los Salesianos que ya se encontraban en ella y cerrar las puertas a los que iban a llegar. Preocupado por el sesgo que iban tomando las cosas, el Arzobispo, cuando monseñor Cagliero ya había puesto pie en tierras de Montevideo, reclamó la atención del Cardenal Prefecto de Propaganda sobre el peligro, a cuyo encuentro se iba, de peores represalias del Gobierno. Por lo cual, Su Eminencia escribió a don Bosco el día 6 de mayo de 1885: <>. Cuando don Bosco recibió esta carta, monseñor Cagliero ya se encontraba en Buenos Aires. Había llegado a Montevideo el día doce de marzo y, después de visitar las casas de Uruguay, siguió adelante in nomine Domini. Don Santiago Costamagna comunicaba a don Bosco el día treinta y uno: <((**It17.315**)) preciosos regalos contra lo que se esperaba 1. Monseñor Aneyros 1 Monseñor Matera, con quien se encontró en Montevideo. Para los antecedentes, a que aquí se hace alusión, véase Vol. XVI, pág. 317. sobre el encuentro escribía Monseñor a don Bosco el día veintitrés de marzo: <>. (**Es17.273**))
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