Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


((**Es17.270**) A partir del día 3 de septiembre de 1884, habían alterado la paz en la misión de Patagonia graves contratiempos. Era gobernador del territorio el general de brigada Winter, que mandaba también las tropas de la frontera a lo largo de los ríos Negro, Neuquén y Limay. Mientras fue amigo de los Salesianos, todo marchó a las mil maravillas; pero cuando el Gobierno nacional declaró, por manejos sectarios, la guerra religiosa y rompió las relaciones con la Santa Sede, expulsando al Delegado Apostólico, monseñor Matera, so pretesto de no ser persona grata, el Gobernador, dominado por falsos principios y, tal vez, inducido también por el Presidente, aprovechó en seguida la ocasión que le ofreció una imprudencia cometida por puro celo de don Domingo Milanesio, y comenzó a perseguir sin tregua ni cuartel a los pobres misioneros. Durante la lucha, denunció a los Salesianos ante el Ministro de Gracia y Justicia, como personas sin educación y escandalosas y como traficantes, aconsejando al Gobierno central que no admitiera a ninguno de ellos en las parroquias del territorio argentino. Los calumnió también, por medio de sus dependientes, ante el Arzobispo de Buenos Aires, intentando por todos los medios expulsarlos totalmente de Viedma y Patagones, como ya había comenzado a hacer incluso a mano armada. ((**It17.311**)) Don cosas salvaron a los Salesianos de la ruina; la energía de don José Fagnano y una feliz previsión del mismo. Mientras hacía cuanto podía para calmar al Gobernador, envió a las autoridades eclesiásticas y civiles una fuerte autodefensa, ya que la prensa masónica apuntaba principalmente contra su persona. Desgraciadamente los periódicos católicos, que entraron en liza para defender a los Salesianos, emplearon un lenguaje agresivo y violento, acometiendo al Gobierno e irritando así más y más los ánimos. Las familias de Patagones y Viedma y toda la población de las orillas del río Negro sabían cuán infame era el proceder de los adversarios, pero no se atrevían a levantar la voz contra el enemigo por miedo a sus propios intereses, que estaban a merced de las autoridades nacionales. Don José Fagnano no se acobardó, antes al contrario organizó las cosas de tal modo que incluso podía oponer una valiente defensa material, si la violencia llegaba hasta el extremo. Y esto podía hacerlo en puntos donde residía en terreno propio, pues había comprado tierras y había construido en ellas a fin de que nadie tuviese derecho para obligarle a marcharse legalmente de allí. Esta conducta audaz y firme salvó a los Salesianos de un asalto improviso, ya planeado en el hervor de la pasión por sus enemigos, y dio tiempo para sopesar acusaciones y defensas en Buenos Aires. El Ministro, debido también a la intervención de la Curia, (**Es17.270**))
<Anterior: 17. 269><Siguiente: 17. 271>

Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


 

 

Copyright © 2005 dbosco.net                Web Master: Rafael Sánchez, Sitio Alojado en altaenweb.com