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((**Es17.268**) henchido de emoción. A las seis de la madrugada, dejó el Oratorio. Don Bosco no pudo levantarse de la cama en ocho días; un ataque de bronquitis, cuyos primeros síntomas amenazaron un mal desenlace, lo tuvo clavado en ella. La expedición debiera haber salido de Europa un mes antes, si el cólera no hubiese cerrado los puertos de Brasil, Montevideo y Buenos Aires a los barcos procedentes del Mediterráneo. Verdad es que a fines del año 1884, se admitía a los barcos postales italianos y franceses; pero tenían que pasar cuarentena, lo cual suponía, molestias, gastos y hasta algún peligro. Por eso, prefirió Monseñor aguardar hasta que hubiera libre circulación 1. Después de dar una vuelta por las casas de Liguria y Francia, llegó el día once de febrero a Marsella, donde encontró reunidos a los Salesianos y las Hermanas, que tenían que embarcarse con él 2. Quiso don Bosco hacerse presente en esta ciudad, enviando a don Juan Bonetti para llevarles su último saludo y entregar al Obispo una carta autógrafa. Es una carta de muchísima importancia. Mi querido Cagliero: Espero en el Señor que tu salud sea buena; te recomiendo que tengas todos los miramientos que tú mismo juzgues posibles con tu actual condición. Recibo una carta del Arzobispo de Buenos Aires. Contiene cosas, de las que ya hemos tratado. Guardo copia, y te servirá de ((**It17.309**)) norma para presentarte al Arzobispo y tratar con plenos poderes como mejor te parezca en el Señor. No se te olvide que Chile tiene puestos los ojos en los Salesianos y que, de la misma manera, los Salesianos miramos amistosamente a aquella nación. Pero no abras muchas casas próximas unas a otras. Don Juan Bonetti te lleva el corazón y los saludos de todos los Salesianos de Europa, que tú harás extensivos a nuestros hermanos de América. Cuenta mucho con la prudencia de don Luis Lasagna, de nuestros hermanos ancianos y de los Obispos que nos quieren en Jesús. Pero sé muy cauto al tomar deliberaciones relacionadas con las autoridades civiles. Todos los Cooperadores de Europa rezan y seguirán rezando por vuestro feliz viaje y por la continuación de vuestros asuntos para mayor gloria de Dios y salvación de las almas. Dios está con nosotros. No temáis. Recomienda a todos los nuestros que dirijan sus esfuerzos hacia dos puntos cardinales: hacerse amar y no hacerse temer; hacer toda clase de sacrificios personales y 1 Carta de monseñor Cagliero a monseñor Jacobini, Turín, diciembre de 1844. 2 Eran seis Hermanas y dieciocho Salesianos; seis sacerdotes: Nicolás Badariotti, José Betti, Antonio Ferrero, Evasio Rabagliati, Antonio Riccardi, secretario de Monseñor y Angel Savio; diez clérigos: Juan Aceto, Angel Cavatorta, Pedro Cogliolo, Carlos Dállera, Juan Fossati, Miguel Grando, Francisco Ramello, Fabricio Soldano, Ambrosio Turriccia, Alejo Stefenelli; y dos coadjutores: Silvio Milanese y Marcos Zanchetta. (**Es17.268**))
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