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((**Es17.246**) y, además, estuviese encargado de todo lo que es indispensable para la buena marcha de la Pía Sociedad de San Francisco de Sales. Por eso, con este fin, pensé elegirme un Vicario, que me represente y sea otro yo; un Vicario, que tenga esto como cargo especial, a saber, que se mantengan intactas las tradiciones que hemos observado hasta ahora y se conserven después de mí por los que nos seguirán. Hablo de las tradiciones que son las normas prácticas para entender, explicar y practicar fielmente las reglas, tales y como fueron definitivamente aprobadas por la santa Iglesia y que forman el espíritu de nuestra Pía Sociedad. Porque es mi más vivo deseo que, llegada la hora de mi tránsito a la vida eterna, no se turben o cambien nuestras cosas lo más mínimo. Hace algún tiempo, mientras meditaba este plan, el Sumo Pontífice motu proprio me escribió por medio de S. E. monseñor Domingo Jacobini, arzobispo, preguntándome quién de nuestros hermanos me parecía más apto para hacer mis veces en la dirección suprema de la Pía Sociedad Salesiana. Yo, agradeciendo la benevolencia al Padre Santo, contesté proponiendo para Vicario mío a don Miguel Rúa, porque también, en orden al tiempo, es uno de los primeros de la Sociedad, porque hace ya muchos años que ejerce en gran parte este cargo y porque, por último, este nombramiento encontraría el pleno agrado en todos los Hermanos. Y el Padre Santo, hace pocas semanas, por medio de nuestro amadísimo Arzobispo, se dignaba declararme que esta propuesta era de su mayor agrado. Por lo cual, queridísimos hijos, después de haber rogado por mucho tiempo al Dador de todo bien, después de invocar las luces del Espíritu Santo y la especial protección de María Santísima Auxiliadora y de nuestro Patrono san Francisco de Sales, valiéndome de la facultad, que me concedió el Supremo Pastor de la Iglesia, nombro Vicario General mío a don Miguel Rúa, actualmente Prefecto de nuestra Pía Sociedad. De aquí en adelante, pues, hará mis veces en el pleno y entero gobierno de nuestra Pía Sociedad y, todo lo que yo puedo hacer, puede hacerlo él también con plenos poderes en todos los asuntos públicos y privados que se refieren a la misma Sociedad y sobre todo el personal, de que se compone la misma. No me cabe la menor duda de que el nuevo Vicario, al tratar de asuntos relevantes, aceptará siempre con gratitud los benévolos avisos y consejos que le fueren dados. ((**It17.282**)) Y a vosotros, mis queridísimos Hijos, os recomiendo que le prestéis la misma obediencia, que siempre habéis profesado al que llamáis Padre y os ama con amor paterno, esa obediencia que ha sido hasta ahora y será siempre, así lo espero, mi consuelo. Además y como consecuencia de esta elección, os notifico que, valiéndome de la facultad que me confieren nuestras Reglas, nombro Prefecto de la Pía Sociedad Salesiana a don Celestino Durando, exonerándolo del cargo de Consejero Escolástico que ocupaba hasta ahora, mientras, en su lugar y para el cargo de Consejero Escolástico de nuestra Pía Sociedad, elijo y nombro a don Francisco Cerruti, actualmente Inspector de la Inspectoría Ligur y Director del Colegio de Alassio. Este, sin embargo, seguirá conservando todavía el cargo de Inspector hasta nuestras nuevas disposiciones. Con respecto a nuestras misiones de América del Sur, nombro a monseñor Juan Cagliero mi Provicario con plena autoridad sobre todo el personal y sobre todas las casas e inspectorías de aquellas regiones. En esta misma ocasión, creo haceros cosa grata, participándoos que mi salud ha mejorado bastante, y lo atribuyo a las caritativas oraciones que sé habéis elevado a Dios por mí. Os lo agradezco de corazón y os aseguro que las fuerzas y el tiempo que (**Es17.246**))
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