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((**Es17.193**)las Hermanas tres cosas, a saber: que, en sus conferencias, se diera más importancia a la práctica que a la reforma de las reglas; que se considerara como camino más seguro y más breve para llegar a la perfección el don de la humildad y de la obediencia; que, en las determinaciones, se tuviera por mira dejar el cuerpo en la tierra y fijar el espíritu en el cielo. Al aproximarse el día onomástico de personas de cierta consideración, preparaba las felicitaciones convenientes con la calidad de aquellos a quienes quería honrar. No tenemos la carta dirigida al cardenal Alimonda para San Cayetano, que caía el siete de agosto; pero no debe quedarse en el olvido la respuesta de Su Eminencia. Rvmo. y queridísimo don Juan: íHa querido molestarse enviándome una preciosa carta de felicitación y afectuoso recuerdo por san Cayetano!... No me desagrada, pues tengo mucho interés en ser ayudado por sus ((**It17.218**)) fervorosas oraciones y en conservar su benevolencia y amistad. Por eso me apresuro a manifestarle mi más viva y sincera gratitud por tanta cortesía. Me alegro realmente al saber que la salud de V. S. Rvma. y queridísima ha ganado con ese buen clima. No dejo de pedir al Señor, dentro de mi pequeñez, que conserve largo tiempo a nuestro querido don Bosco para bien de la Iglesia y de la Congregación Salesiana. Y seré escuchado, porque son innumerables las almas santas que hoy día rezan con este mismo fin en los dos hemisferios. Quisiera tenerle aquí junto a mí; mas, por su bienestar, deseo que pase en el campo todavía este mes. Supongo que el bonísimo monseñor Chiesa le hará compañía a menudo; por lo que le ruego le presente mis respetuosos saludos. Y usted acepte los de mi familia, que recuerda agradecida su bondad. Le abrazo en el Señor con afecto fraternal. Le bendigo juntamente con su gran familia y sus grandes empresas y me siento feliz al declarame, De V. S. Rvma. Turín, 9 de agosto de 1884 Afectísimo hermano, >> CAYETANO, Card. Arz. La fiesta de San Lorenzo era el día onomástico del cardenal Nina, Protector de la Congregación. Aquel año tenía don Bosco un nuevo motivo para manifestarle su gratitud. Escribióle, pues: Eminencia Reverendísima: Siempre, pero especialmente en el día onomástico de Vuestra Eminencia, deben los Salesianos unirse en un solo corazón y una sola alma para presentar a su augusta persona los sentimientos de su común gratitud por los muchos favores que en este año se digno concedernos. El mayor fue, sin duda, la comunicación de los privilegios de los Redentoristas. (**Es17.193**))
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