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((**Es16.576**) íYo lo hago con toda mi alma! Todos los días les recuerdo en la santa misa. Usted acaba su preciosa carta con palabras cuyos sentimientos se comprenden muy bien. Comendador totalmente dispuesto a dejarse mandar por don Bosco 1. Pero íusted no lo sabe! Don Bosco siempre tiene sus bolsillos vacíos y don Miguel Rúa es insaciable buscando dinero. Que >>cómo se las va usted a arreglar? Nosotros procuraremos ser siempre muy discretos y estar siempre muy contentos al recibir la caridad que usted nos prodiga para ayudarnos a salvar almas para Dios. Usted comprende, señor Conde, que la conclusión de esta carta, es una broma y que mi letra es mala y, por tanto, resulta difícil hacerme entender. Que Dios les bendiga, querido señor Conde, a usted y a la Señora Condesa. María Auxiliadora les conserve en buena salud, y siempre por el camino del cielo. Todos los de casa, sacerdotes, clérigos y muchachos, les envían sus saludos, se encomiendan a sus oraciones y mañana recibirán la santa comunión según sus intenciones. Turín, 5 de julio de 1884. Su seguro servidor, JUAN BOSCO, Pbro. ((**It16.698**)) 35 Muy querido amigo: Acabo de llegar en este momento 2 a la casa de campo del señor Obispo de Pinerolo. Mi salud estaba quebrantada en Turín por el gran calor. Aquí, a duras penas, se ve uno libre del fresco y yo me encuentro muy aliviado. Tengo conmigo a don Juan Bautista Lemoyne y el Obispo me colma de atenciones. Todos los días sigo con la ansiedad de que se extinga el cólera y bendigo al Señor que hasta el presente le ha preservado. Nuestras oraciones, señor Conde, las comuniones de nuestros muchachos y la bendición que todos los días se imparte en el altar de María Auxiliadora, se elevarán continuamente a Dios para alcanzar la conservación de su salud y la de la señora Condesa. Don Pedro Perrot me ha dado varias veces noticias de usted y toda la casa lo celebra, cuando podemos tener buenas noticias de su salud. En este momento el viento y el frío me hacen tiritar y tengo que levantarme del escritorio y ponerme el gabán. Ya ve usted qué cambio en muy pocas horas. Pero estoy en una montaña. Me agradará mucho, señor Conde, me dé de vez en cuando noticias suyas y de la señora Condesa, puesto que su salud nos preocupa en estos días como una cosa de primera importancia. 1 Don Bosco obtuvo también para el Conde el título de Comendador de San Gregorio Magno. 2 Había llegado el diecinueve a Pinerolo, desde donde, al día siguiente, tras haber pernoctado en el palacio episcopal, subió a la casa de campo. (**Es16.576**))
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