Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


((**Es16.450**) Hoy, en ese mismo sitio, se eleva la igesia de San Francisco de Sales que da cabida a más de mil doscientos muchachos. Alrededor de este oratorio, se levantan otros en Italia, en Europa, en el mundo, en países salvajes, en Patagonia, en Buenos Aires, Montevideo... Eso no es leyenda; eso es un hecho indiscutible. íMás de ciento cincuenta mil muchachos recogidos, más de seis mil sacerdotes salidos de estas casas! Y esto sin subsidios, sin más que donativos voluntarios, como en la Obra de Auteuil. Esta es la realidad. El loco había dicho: íYo intentaré lo imposible! Tenía todo en su contra, a los indiferentes y a los escépticos, en su contra a los enemigos de la Iglesia y, íay! ni un socorro, ni un apoyo de los poderosos de la Iglesia, y triunfó. íEs el poder de la fe! íPoder más fuerte que la razón, más fuerte que la inteligencia humana! Ciertamente, obras como las de Lesseps demuestran lo que puede la voluntad, pero son obras útiles, prácticas, orientadas a intereses. Para procurarse secuaces, Lesseps decía: <>. En cambio, en las obras de Dios, no hay intereses ni dividendos; lo único que se puede decir es: <>. Y estos locos encuentran a otros locos que los siguen. Si la obra de San Francisco de Sales me parece considerable, es porque, en medio del ateísmo actual, hace que se bendiga el nombre de Dios. Es porque ella demuestra cómo siempre se puede reconquistar la influencia sobre el pueblo. Y la verdadera manera de honrar a don Bosco en Francia no es aclamarlo por las calles y cortarle en pedazos la sotana, sino imitarlo. Italia es mucho menos rica que Francia, Francia tendría que hacer por lo menos otro tanto como Italia. Tenemos, es verdad, un don Bosco en París, mas, por de pronto, haría falta que su casa fuese tan grande como la de Turín. íY sería además necesario tener otros don Bosco en todas las ciudades de Francia! SAINT-GENEST ((**It16.548**)) 62 Carta de la madre de Saint-Genest a don Bosco París, 13, calle Mozart, 26 de mayo Muy reverendo Padre: No tengo palabras para agradecer la carta, con que se ha dignado honrarnos, y el tesoro que ella encierra. Una bendición del Padre Santo que llega a Saint-Genest en el momento mismo en que emprende una obra muy distinta a la que le ha ocupado hasta ahora, pues se trata del rescate de todos los niños de Francia que el gobierno quiere entregar a los ateos. Precisamente iba yo a escribirle, reverendo Padre, pidiéndole sus oraciones para esta gran empresa, cuando nos llegaba su bienhechora carta, portadora de felices augurios, la víspera de la fiesta de Nuestra Señora María Auxiliadora. Cuando Saint-Genest escribe los artículos, que yo le envío en parte, pongo sobre el papel la medalla que usted le dio, a fin de que sea inspirado por el cielo. Como Tomás, hemos estado faltos de fe y con dudas del éxito, y íhe aquí que nos han llegado dos regalos de cien mil francos! Esperamos que el movimiento se extenderá (**Es16.450**))
<Anterior: 16. 449><Siguiente: 16. 451>

Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


 

 

Copyright © 2005 dbosco.net                Web Master: Rafael Sánchez, Sitio Alojado en altaenweb.com