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((**Es16.23**) La noche del 17 al 18 de enero de 1883, soñé que salía del comedor con otros sacerdotes de la Congregación. Cuando estuve en la puerta me di cuenta de que, junto a mí, iba un sacerdote desconocido; pero, al fijarme bien en él, me di cuenta de que era don Francisco Provera, nuestro antiguo hermano. Era un poco más alto de estatura que cuando estaba en esta vida mortal. Iba vestido de nuevo, con cara fresca y sonriente, despedía una especie de claridad y parecía querer seguir adelante. -Don Francisco, le dije: >>eres realmente don Francisco Provera? -Sí, soy Provera, respondió. Y, al decir esto, su rostro se tornó tan hermoso y tan resplandeciente que difícilmente se podían fijar los ojos en él. -Si eres verdaderamente don Francisco Provera, no huyas de mí; espera un momento. Mas, por favor, no me dejes tu sombra en las manos y desaparezcas, sino permite que te hable. ((**It16.16**)) -Sí, sí; hable que le escucharé. ->>Te has salvado? -Sí, me he salvado; me he salvado por la misericordia de Dios. ->>Qué es lo que gozas en la otra vida? -Todo cuanto el corazón puede imaginar y la mente es capaz de concebir, el ojo ver y la lengua expresar. Dicho esto, hizo ademán como de quererse marchar y su mano, que yo tenía estrechada, se iba tornando casi insensible. -No, le dije, no te vayas, sino háblame y dime algo que me interese. -Continúe trabajando. Le aguardan muchas cosas. ->>Aún por mucho tiempo? -No mucho. Pero trabaje haciendo todos los esfuerzos posibles, como si tuviese que vivir siempre, pero. . . esté siempre bien preparado. ->>Y para los hermanos de la Congregación? -A los hermanos de la Congregación, recomiéndeles una y otra vez el fervor. ->>Cómo hacer para conseguirlo? -Nos lo dice el jefe supremo de los maestros. Tome una podadera bien afilada y proceda como un buen viñador; corte los sarmientos secos o inútiles para la vid. Entonces se tornará vigorosa y producirá copiosos frutos y lo que más importa: dará frutos durante mucho tiempo. ->>Y a nuestros hermanos qué debo decirles? -A mis amigos, añadió con voz más fuerte, a mis hermanos, dígales que les está reservado un gran premio, pero que Dios lo otorga solamente a los que perseveraren en las batallas del Señor. ->>Qué me recomiendas para nuestros jóvenes? -Con nuestros jóvenes se debe emplear trabajo y vigilancia. ->>Y qué más? -Vigilancia y trabajo, trabajo y vigilancia. ->>Qué han de practicar nuestros jóvenes para asegurarse la salvación eterna? -Que se alimenten con frecuencia con el manjar de los fuertes y hagan propósitos firmes en la confesión. -Dime algo que deban hacer preferentemente en este mundo. En aquel momento un vivísimo resplandor revistió toda su persona y yo tuve que bajar los ojos, porque la mirada no podía resistir, como cuando se observa fijamente la luz eléctrica, aunque aquélla era mucho más viva que la que vemos ordinariamente. Seguidamente comenzó a hablar de forma que parecía que cantara:(**Es16.23**))
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