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((**Es16.204**) ciencias, de derecho, de medicina. En todas las profesiones liberales, donde figuran los jóvenes educados por nosotros, dejan en buen lugar la educación recibida. ((**It16.238**)) El número de casas fundadas y dirigidas por nosotros alcanza hoy la enorme cifra de ciento setenta y cuatro. Se educan en ellas más de ciento cincuenta mil jóvenes y hay cada año un movimiento de treinta y cuatro a cuarenta mil, que entran y salen. Todos los años tenemos la satisfacción de haber cooperado a la salvación de estas almas, que hemos puesto en condición de servir a Dios, a la religión, a la patria, a la familia y a la sociedad. (Gracias a los jóvenes educados por nosotros y que trabajan como misioneros, nuestras obras adquieren un desarrollo cada día mayor en Francia, en Italia, en España, en Brasil, en la República Argentina y hasta en las tierras salvajes de Patagonia). Si crecemos cada día, también nos encontramos cada día con mayores dificultades para contar con el dinero necesario. Hasta ahora hemos podido mantener a todos estos jóvenes. >>Cómo lo hemos logrado? He ahí el gran misterio que os debo descubrir. >>Cómo he podido fundar y sostener estas obras, siendo yo pobre y sin medios de subsistencia? Es el secreto de la misericordiosa bondad de Dios. (El se ha complacido en favorecer mi obra, porque el bien de la sociedad y de la Iglesia descansa en la buena educación de la juventud). La Santísima Virgen ha sido para nosotros realmente Auxiliadora, porque a Ella debemos los medios para construir iglesias y casas. (Hemos ido adelante únicamente con su protección: Ella bendice a los que se dedican a la juventud). Os doy las gracias de todo corazón a todos vosotros, que me habéis escuchado con tanta atención y caridad. Doy gracias a María Auxiliadora por toda la ayuda que nos dispensó. Como premio de vuestra caridad con los huérfanos, Ella protegerá vuestros intereses, vuestras familias y será guía y apoyo de vuestros hijos. (Yo le pido que sea siempre nuestra Madre y nuestra valiosa protectora en la hora de la muerte). Sea Ella nuestra fuerza aquí abajo, mientras esperamos poder alabarla y bendecirla en el cielo. La Semaine Catholique, después de relatar las palabras de don Bosco, añadía este comentario: <>. Y Aubineau decía en su folleto: <((**It16.239**)) para cuantos le quieren ayudar. Lleva a todas partes la bendición del Papa, pero es preciso admitir que lleva también la bendición de Dios. Don Bosco sabe unir al arte de pedir el de agradecer; por eso, no se limitó a dar las gracias desde el púlpito a cuantos le prestaban su concurso, sino que dijo, además, a las señoras limosneras que la Virgen Auxiliadora es la Proveedora (**Es16.204**))
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