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((**Es15.87**) En una visión precedente, Luis le había señalado un pozo en medio del mar, diciendo: -Mire aquel pozo. Las aguas del mar penetran en él continuamente y el mar no disminuye nunca. Lo mismo sucede con las gracias contenidas en el Sagrado Corazón de Jesús. Es fácil recibirlas: basta pedírselas. En abril del mismo año, celebraba la misa en París, en la iglesia de Nuestra Señora de las Victorias. Luis se le apareció, mientras el siervo de Dios distribuía la Comunión. Lo vio, como siempre, circundado de gloria y llevando al pecho un collar de diversos colores, blanco, negro, rojo; pero además de estos tres había otros innumerables que no se podrían describir. La impresión experimentada por don Bosco le detuvo la mano, impidiéndole continuar distribuyendo las formas. Los coadjutores de la iglesia creyendo que fuese cansancio, comenzaron a dar ellos la Comunión. El Beato dijo a Luis: ->>Cómo es que estás aquí? >>Por qué has venido, mientras doy la Comunión? >>Ves cómo he quedado perplejo? -Esta es, respondió, la casa de las gracias y de las bendiciones. -Pero >>dónde están los demás? No veo a nadie. >>Qué debo hacer? -Distribuya la Santa Comunión. ->>Dónde están los que estaban al pie del altar? -Distribuya la Sagrada Comunión. He ahí a los que quería ver. Luis entonces desapareció y don Bosco se encontró en el altar terminando la misa. En París se le apareció por segunda vez, de allí a pocos días, en la iglesia de Santa Clotilde. Habiendo ido don Bosco a celebrar en ella, intentaba inútilmente librarse de la multitud para la acción de gracias. En la sacristía le asediaban por todas partes. -Dejadme un momento, decía, dejadme que rece al menos un padrenuestro. Pero nadie le hacía caso. Al ver esto, el párroco lo llevó a un cuartito contiguo. Apenas hubo entrado en él, ((**It15.89**)) aquél se iluminó de luz celestial y vio a Luis ir de una a otra parte sin hacer ruido. -íOh, Luis!, exclamó don Bosco. >>Por qué paseas de esa manera sin decirme nada? -No es tiempo de hablar, sino de rezar. -íOh!, háblame; dime algo, como lo has hecho siempre. -Tengo algo importante que comunicarle, pero no ha llegado el tiempo de hacerlo todavía.(**Es15.87**))
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