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((**Es15.688**) Martes, 9 mayo. Don Bosco (visita) al Card. Nina y al Card. Alimonda. Comida en casa. Luego, hacia las 5,45, salimos de Roma, vía Magliano. 81 (el original en francés) Piden oraciones a don Bosco Reverendísimo Padre: Mi madre, a quien remití su respuesta del cinco de junio, me encarga le envie dos mil francos para que usted los destine a sus buenas obras o a la construcción de la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús en Roma, con la intención de obtener por su mediación, ante Nuestra Señora Auxiliadora y ante el Sagrado Corazón de Jesús, mi curación y la de mi hija, que tiene la cadera dislocada. No hay remedio humano que consiga curarnos de todas nuestras dolencias; le ruego encarecidamente, Reverendo Padre, atraiga sobre nosotros y sobre mis familiares, la bendición de María Auxiliadora para que nos libre de todas nuestras dolencias. He probado estos días un nuevo remedio, enfalible según dicen, y he fracasado, lo que me ha inquietado mucho; no quisiera probarlo con mis hijas, que tienen una de mis enfermedades, sino que prefiero encomendarlas, como me encomiendo yo, a la bendición e intercesión de María Auxiliadora, pidiéndole a usted que rece por nosotros, como lo hizo por la curación de la señorita de Gaudemarie, a quien conozco, y que acaba de verse curada de su enfermedad pulmonar por medio de María Auxiliadora. Mi madre le enviará dinero más tarde para mi hija, la menor, y para mí. Al envío de mi madre adjunto, según mis escasas posibilidades, trescientos francos por mi curación, la de mi hija con la cadera desencajada y las otras dos, una con bronquitis crónica y la otra con un desarrollo muy retardado, y también por el éxito en los exámenes de bachillerato de mi hijo, los días veinte y veintiuno de julio, y por el carácter de otra de mis hijas. No cuento más que con sus preciosas oraciones para alcanzar misericordia; mi hija descaderada ha experimentado estos días cierta mejoría sensible en su pierna, pero aún no puede andar sin muletas y tiene una cadera más inflamada que la otra y su cuerpo se balancea mucho cuando intenta enderezarse; y yo me hago llevar a la iglesia, rezo con humilde confianza y suplico, en unión con usted, por toda mi familia. ((**It15.809**)) Piense usted, Reverendo Padre, que nuestras dos curaciones milagrosas serían el punto de partida de numerosas conversiones y del bendito retorno de muchos que abandonan sus deberes de piedad. Por el bien de estas almas y de las nuestras, atraiga sobre nosotros la misericordia: ella abrirá el corazón y la mano, de la que yo no puedo disponer; porque la fe no es lo suficientemente firme. No se duda de que esto pueda ser, pero no se cree llegar a obtenerlo. Que el Corazón de N. S. triunfe de estas dudas. Por lo que a mí atañe, yo creo, espero y amo, suceda lo que suceda. Reciba, Reverendo Padre, la expresión de mi atenta consideración y de mi reconocimiento por su mediación ante la Santísima Virgen. Junio de 1882. G. Faubourg Vend“me, n.° 23, Loir-et-Cher. DE BONCHERVILLE (**Es15.688**))
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