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((**Es15.640**) B Eminencia Reverendísima: Aunque dispuesto a acompañar estos días al divino Salvador en el huerto, en los tribunales y en el Calvario, sin embargo, el amor de la justicia y de la religión me mueve a comunicar a V. E. Rvma. un nuevo hecho del señor Arzobispo de Turín, que los hombres más serenos han definido como un abuso de poder con deshonra para los Salesianos. Ultimamente se añadieron al libro Jesucristo, nuestro Dios y nuestro Rey, ya conocido por V. E. y esparcido en Turín y otras partes de Italia por millares de ejemplares, estas simples palabras: Contraseña para la Comunión Pascual, como puede ver en el ejemplar que adjunto. Esta añadidura fue sugerida por párrocos de otras diócesis, y no de la archidiócesis de Turín, los cuales tuvieron la idea de distribuirlo a los fieles con ocasión de la Pascua. La misma petición nos hicieron varios Obispos, entre los que me basta nombrar al Eminentísimo señor Cardenal de Canossa, que pidió hasta tres mil ejemplares para su catedral de Verona. Ahora bien, el señor Arzobispo de Turín no sólo obligaba a la ilustre Unit… Cattolica y al Corriere di Torino a publicar aquel aviso por toda Italia, del que ya informaba a V. E, en mi carta del siete del corriente, sino que, en estos días, publicó una circular, en la que, con una amonestación especial, declara suspendido ipso facto de oír confesiones al sacerdote que distribuya en cualquier lugar de la archidiócesis dicho librito con las palabras: Contraseña para la Comunión Pascual. No hay nadie que no vea que ese rigor contra la difusión de un librito tan inocuo y, por otra parte, tan oportuno en la materia, sólo se empleó in odium auctorum, a saber de los pobres Salesianos. En efecto, hasta ahora el señor Arzobispo no ha castigado con tales ni con otras penas eclesiásticas a aquellos desgraciados que escriben, imprimen, leen o difunden ese impío periódico, que, desde hace seis meses, causa una amargura ((**It15.750**)) atroz con el empleo que hace del Nombre adorable de nuestro amabilísimo Jesús, combate a la Divinidad, vilipendia a la Iglesia, al Papa, al sacerdocio. En cambio, amenaza con el castigo a esos pobres sacerdotes que divulgaren un librito salesiano, con una inocentísima inscripción, del que ya se han repartido en Turín más de cien mil ejemplares, con el fin de detener el mal que hacen los impíos, prevenir de él a los fieles y animarlos a la reparación. Dejo al juicio de V. E., si esta distinta medida no revela un misterio y no ocasiona escándalo a las almas. Verdad es que, después de estos actos, que producen las más siniestras impresiones y son inmediatamente reseñados con diabólica complacencia por los periódicos de la secta, busca Monseñor enseguida contraponer otros que saben de piedad y de celo; pero éstos sólo sirven para esconder su ánimo a alguno, y no para destruir el mal producido por aquéllos. Como ofendido de tener que manifestar tan a menudo a V. E. hechos parecidos, que necesariamente apenan su alma, no me extiendo en ulteriores reflexiones; pero, aprovechando la ocasión propicia, le auguro desde lo más íntimo del corazón unas felicísimas fiestas pascuales y pido al Señor, triunfador de la muerte y del infierno, que le haga partícipe en abundancia de las alegrías de su gloriosa Resurrección. Con el mayor aprecio y el más profundo respeto De V. E. Rvma. Turín, 20 de marzo de 1883. Su humilde y obediente hijo, JUAN BONETTI, pbro. de los Salesianos (**Es15.640**))
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