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((**Es15.600**) 10 Carta de don J. B. Francesia a mons. Gastaldi 1 Excelencia reverendísima: Tras una vida periculorum plenissimam yo casi tenía derecho a creer que mi último examen sería el que me diera el buen Dios. Me di cuenta ayer por una carta del can. Chiaverotti, escrita en nombre de V. E., que yo estaba equivocado. íPaciencia! Solamente tengo miedo a una cosa, y es a no hacer honor a mi inteligente y venerado maestro 2. Esta idea de citarme a un nuevo examen de Teología Moral, después de haber confesado normalmente en varias diócesis durante doce años, creo le haya venido de la duda de que yo no lo haya hecho nunca. Cuando V. E., veneradísimo Monseñor, dejaba Turín 3 el pobre firmante, casi a la par, dejaba también el Oratorio para ir a Cherasco como director de un Colegio Municipal y Ecónomo de la Parroquia adyacente. Entonces precisamente se trataba de hacer los exámenes de Teología Moral y monseñor Galletti 4 deseó tener la prerrogativa, y me delegó el buen recuerdo del teólogo Golzio. Obtuve los normales diplomas, después de aquel examen y los hice convalidar en Turín. Esto sucedió durante el tiempo que permanecí en Cherasco. Cuando luego fui a Varazze, desde donde rara vez venía a Turín, no pensaba de ningún modo ni siquiera aparecer en esta querida ciudad, mi segunda patria. Pero si yo no lo pensaba, lo pensó V. E., y, con una venerada comunicación de abril de 1873, me concedía amplia licencia para oír confesiones. Me extiendo sobre el particular sólo para que V. E., sepa que yo estaba en regla en la Curia, según me parece; y que los exámenes los di ante un examinador sinodal de Turín, especialmente delegado por monseñor Galletti. ((**It15.701**)) Después de hablar con esta confianza a V. E., Rvma., sólo he de decirle que cumpliré su mandato. Verdad es que deberé humillar un poco mi amor propio; pero, diré como siempre: Bonum mihi quia humiliasti me. Cierto que la memoria está mermada, que el estómago está débil y han crecido las ocupaciones, pero diré: Paratum cor meum, Domine, paratum cor meum, et fac cum servo tuo secundum misericordiam tuam. Hecha así mi total adhesión a las veneradas indicaciones de V. E., me atrevería a rogarle me concediese este examen al menos después del próximo julio. Perdone, finalmente, si no supe todavía olvidar al afectuoso maestro, ni reconocer sólo en él al celoso y activo Pastor de la Archidiócesis de San Máximo. Bien sabe el Señor cuántas veces he debido frenar mi corazón para que no me traicionase y no me llevase a atravesar los confines de reverente confianza que otrora solía concederme benignamente. Y antes de acabar, recuerdo que he de agradecer a V. E., el que me avisara su ida a San José 5, el día diecinueve del corriente, para confirmar a sus alumnos y que, si los nuestros querían participar, V. E., se habría alegrado. Estábamos ya comprometidos para aquel día, y no pudimos aceptar la invitación. íSu buena memoria me ha conmovido! 1 El original en el archivo del teólogo Franchetti de Turín. 2 El mismo monseñor Gastaldi, cuando era canónigo en Turín. 3 Monseñor Gastaldi como Obispo de Saluzzo en 1867 y don J. B. Francesia como director del colegio de Cherasco en 1869. 4 Obispo de Alba, a cuya diócesis pertenecía Cherasco. 5 Esto es en el colegio de los Hermanos de las Escuelas Cristianas. (**Es15.600**))
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