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((**Es15.512**) huerfanitos, que rezan todos los días según su intención, lo mismo que yo tengo el honor de hacer cada mañana un memento por usted en la santa misa. Dios nos guíe y la Santísima Virgen proteja, en todos los peligros de la vida, a todos nuestros bienhechores. Así sea Roma, 3 de mayo de 1887. Su seguro servidor JUAN BOSCO, Pbro. No nos parece arriesgado imaginar que los asuntos a que se refiere en la carta tuvieron algo que ver con la organización de fondos para un fin benéfico. Acudió la señorita Louvet a Turín para la fiesta de María Auxiliadora; pero fue muy grande su pena, al encontrar a don Bosco casi agotado. El presentimiento de no volver a verlo y alguna palabrita suya en este sentido la afligieron mucho. Al despedirse el Siervo de Dios, se dio cuenta de su interna aflicción y no tardó en llegar a ella con una carta. Espero que su viaje a Aire le haya ido bien y que goce de buena salud, como pido cada mañana por usted en la santa misa. Ha pasado algunos días con nosotros; pero me pareció que, al marchar, estaba triste y a punto de llorar. Esto me ha apenado. Quizás usted ((**It15.596**)) no entendió bien mis palabras, porque yo siempre le he repetido que nuestras relaciones en la tierra no eran duraderas, pero que, en la vida eterna, pasaremos el tiempo en verdadera alegría para siempre y que nunca nos faltarán las cosas deseables: in perpetuas aeternitates. El calor amenazaba ya abrasarnos en Turín y, por ello, he venido a Valsálice, donde me encuentro mucho mejor, gracias al fresco clima de aquí. Solo nos falta su presencia para darnos un poco mas de fuerzas. Paciencia. No dejaré de hacer cada mañana una plegaria especial en la santa misa por usted y por la señorita Lyons. >>Va mejor el señor abate Engrand? >>La salud le permite trabajar? Todos los salesianos hablan de usted, de su caridad, y todos me aseguran que rezan por usted cotidianamente. >>La guerra? Esté tranquila; cuando yo vea el mas mínimo peligro, se lo diré enseguida, siempre y cuando esté yo vivo todavía. Dios la bendiga, caritativa Señorita; la Santísima Virgen conserve su buena salud por largo tiempo, pero siempre y seguramente por el camino del paraíso. Adiós, ruegue por este pobre sacerdote, siempre suyo en Jesucristo Colegio de Valsálice, 12 de junio de 1887. Su s. s. JUAN BOSCO, Pbro. Oraciones, comuniones, misas para la bienhechora entran normalmente en el número de actos de reconocimiento, que don Bosco le asegura continuamente, cuando recibe su caridad, en las principales (**Es15.512**))
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