Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


((**Es15.426**) durante todo el día. Yo no me explico cómo puede don Bosco aguantar tanto trabajo>>. Todo esto hacía afluir las limosnas y atraía, además, el aprecio de la gente buena a los salesianos. El quince de febrero se celebró en casa la fiesta de san Francisco de Sales, con reunión de cooperadores y cooperadoras. La reunión fue presidida por el Obispo. Mucho antes de la hora establecida no quedaba un palmo libre en la capilla. Don Bosco después de dar gracias a los Cooperadores, narró con sencillez, dont les saints ont le secret (cuyo secreto guardan los santos) 1, el desarrollo de la obra salesiana en 1881. En Roma, en Florencia, en La Spezia, en Ventimiglia oratorios florecientes ofrecían un valladar providencial a la expansión de los protestantes. -Nuestros infelices hermanos separados, dijo, tienen mucho dinero a su disposición; pero nosotros tenemos a nuestro favor ((**It15.492**)) la fuerza de la oración. Aunque recomiendo a los Cooperadores que hagan abundantes limosnas, les pido especialmente que eleven al Cielo fervientes oraciones; porque, si el dinero hace mucho, la oración obtiene todo y triunfa en todo. El señor Obispo, haciendo suyas las dos ideas del dinero y la oración, las desarrolló con la eficacia de su elocuencia. El día 19 habló don Bosco desde el púlpito en la iglesia de San José. Pero no tenemos ningún recuerdo de ello: ni el Director ni los hermanos de la casa pensaban en escribir cartas aquellos días pues, como decía don José Bologna, <>. Diremos, por tanto, algo de su viaje por el sur de Francia. Su primer viaje fue a Toulouse, distante entonces de Marsella doce horas en tren. El eminentísimo cardenal arzobispo, Desprez, habría deseado que don Bosco enviase a sus Salesianos para un orfanato de la ciudad, que no podía mantenerse por falta de medios y de personal. La propuesta había llegado hasta Su Eminencia por el mismo abate Julien, cofundador y director del Instituto, después de leer la monografía que le había enviado como homenaje su amigo el abate Mendre 2. Cuando llegó don Bosco a Marsella, el Cardenal se lo escribió; y después envió al mismo abate para rogarle que fuera a Toulouse. El abate describe así en su diario inédito 3 su primer encuentro con 1 Echo de N. D. de la Garde, 26 de febrero de 1822 (núm. 14). 2 Véase: M. B. Vol. XIV, págs. 93-95. 3 Tomamos la cita del Can. CLEMENTE TOURNIER. Decano de Saint-Sernin, Le Bienheureux Dom Bosco a Toulouse, Berthoumier, Toulouse, 1929, pág. 37. (**Es15.426**))
<Anterior: 15. 425><Siguiente: 15. 427>

Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


 

 

Copyright © 2005 dbosco.net                Web Master: Rafael Sánchez, Sitio Alojado en altaenweb.com