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((**Es15.398**) Muy querido Ronchail: 1. Apenas recibí tu carta, anunciándome la enfermedad de la hermana de la señora Girard, inmediatamente he ordenado que se hicieran oraciones especiales, mañana y tarde, ante el altar de María Santísima Auxiliadora y seguiremos haciéndolas de todo corazón. Pero, >>esta curación será para mayor gloria de Dios? >>Será de utilidad para el alma de la enferma? Así lo espero. Rogad, mientras tanto, en vuestra casa y, si place a la gran Madre de Dios, veremos el milagro. De otro modo, cúmplase la voluntad de nuestro Padre Celestial. 2. Los trámites para el asunto del señor Piron estarían ya concluidos. Pero hay un punto muy delicado. Su excelencia Correnti, secretario de la Orden de San Mauricio, me pide una nota sobre la beneficencia hecha o que se espera de dicho señor Piron. Por tanto, piénsalo: si confías poder hacerlo tú mismo o conviene que yo escriba confidencialmente. Respecto al clérigo Reymond, ten en cuenta: si fue despedido del seminario por razón de inmoralidad, no puede ser aceptado en ninguna de nuestras casas; si fue por otros motivos, dímelo. 3. A estas horas, ya estarán ahí Dellavalle y Serra. Si no son suficientes, enviaremos más e iré yo mismo 3. 4. No podemos decir nada sobre los impuestos a imponer a los entes morales, porque, no teniendo ni un céntimo en el presupuesto, no podemos ((**It15.459**)) presentar ningún balance. Si, de todas maneras, quisieran un ejemplar de nuestras reglas, déseles uno en latín. 5. Con el mismo fervor, con que rezábamos cuando estuvo enfermo el señor ingeniero Levrot, hemos empezado en seguida a hacerlo por su señora esposa, apenas supimos que estaba enferma y esperamos que Dios nos haya escuchado y que, a estas horas, ya haya recuperado la salud. 6. En cuanto al título honorífico, cuando estuve en Roma (en abril último), lo propuse al Papa, el cual dijo que los documentos fueron enviados al Cardenal Secretario de Estado y que éste dio la cosa por hecha. Desde entonces no he podido saber nada más. Sé, sin embargo, que el Padre Santo, según costumbre, envió la cuestión al Ordinario de Niza. Ya veremos. 7. He vuelto a escribir por tercera vez al mismísimo Cardenal. 8. Las Juntas de señores y señoras son algo muy importante para nuestro Patronato. Diles que todos los días rezo por ellos. El Padre Santo envía para todos una bendición especial e indulgencia plenaria para cada vez que se reúnan en conferencia. 9. Presentarás mis humildes saludos, con la respetuosa ofrenda de nuestras oraciones a todos nuestros bienhechores y bienhechoras, a la señora Visconti, a la baronesa Héraud, a la señora Daprotis, a la señora Guigou, al canónigo Giovan y a monseñor Tibeau. 10. Dios nos bendiga a todos y ruega por mí que siempre seré en J. C. Tu afmo. s. s. JUAN BOSCO, Pbro. 1 Anuncia en broma su no lejana visita. (**Es15.398**))
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