Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


((**Es15.268**) dejaba heredero a don Bosco, con la obligación de abrir el orfanato en el plazo de tres años, pasados los cuales sin llevar a cabo la fundación, la propiedad se transfería al seminario diocesano. Pero el testamento estaba hecho, sin tener en cuenta las normas prescritas por la ley 1, lo cual fue origen de dificultades, que embrollaron el asunto y la institución tomó otra forma distinta de lo que en un principio se ideó. Firme en el propósito de establecer una obra salesiana en Parma, don Bosco invocó la caridad pública. Quiso incluso recurrir a la munificencia del duque Roberto, a quien había conocido en Niza, y que se encontraba entonces en Biarritz, en los Bajos Pirineos. Habiéndosele hecho presente que, en el texto de la carta, había que dar al Duque el título de Majestad, formuló así la siguiente súplica: Majestad: Hace ya mucho tiempo que se manifestaba en la ciudad de Parma el vivo deseo de que se fundara un asilo para los muchachos pobres y abandonados, que actualmente suelen dirigirse a esta nuestra casa de Turín. Se traró de ello con monseñor Villa, de feliz memoria, quien colaboró en la compra del antiguo convento de San Benito. En este local, adquirido para el que suscribe, se pueden instalar una iglesia pública para adultos, un asilo para la finalidad antes expresada y un patio de recreo, donde entretener a los muchachos abandonados con honestas diversiones, después de cumplir con sus deberes religiosos. Ya estabamos a punto de conseguir los medios necesarios para la adquisición y reparar y adaptar las construcciones existentes, cuando plugo a Dios llamar a sí al caritativo y celoso prelado. Entre las personas a las que podría acudir, me señaló a Vuestra Majestad ((**It15.304**)) y me dio su dirección. Tal empresa debería realizarse en 1883. Estoy seguro de que las bendiciones del cielo y las de los hombres no faltaran, pero la primera fuente a la que acudo es a la caridad de Vuestra Majestad. No sé si los tiempos que corren y las vicisitudes que nos acompañan permitirán a V. M. acoger benignamente mi súplica. Pero, al acudir a la bondad de su corazón, me quedaré contento con cualquiera ayuda que pueda ofrecerme. Por mi parte, no dejaré de rezar a la bondad de Dios para que conserve en buena salud a V. M., a la señora Duquesa y a toda su familia. Que Dios nos escuche y conceda ver tiempos mejores. Asegurando a V. M. el humilde concurso de las oraciones de nuestros muchachos, me cabe el alto honor de poderme profesar con la máxima veneración, De Vuestra Majestad Turín, 28 de julio de 1882. Atento y seguro servidor JUAN BOSCO, Pbro. 1 Monseñor se había expresado en estos términos: <>. (**Es15.268**))
<Anterior: 15. 267><Siguiente: 15. 269>

Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


 

 

Copyright © 2005 dbosco.net                Web Master: Rafael Sánchez, Sitio Alojado en altaenweb.com