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((**Es15.216**) su declaración. El padre Pellicani me entregó esa carta. O mores! O tempora! La presente declaración del padre Pellicani no podía ser más fatal contra don Bosco. Incluso me dijo que precisamente el padre Segundo Franco fue instigado por don Bosco para que escribiera los libelos contra V. S. Reverendísima; pero él, lo mismo que el padre Pellicani, rechazó la propuesta. Por tanto, he citado al padre Franco para el próximo lunes>>. íCosa singular! Esta manifestación del padre Pellicani era la mejor prueba para arrojar sobre el Siervo de Dios la mancha de complicidad en la cuestión de los libelos; y, sin embargo, no se comunicó nunca el verdadero autor. Hasta en los procesos de beatificación, el padre Colomiatti se conformó con llamarla <>, pero no refirió lo esencial, ni siquiera reprodujo el texto. >>Y quién oyó hablar más del padre Franco en todo el desarrollo de la controversia? El testimonio de un hombre de su talla hubiera aplastado para siempre al presunto otorgante. Pero, si hubo interrogatorio, el padre Franco, hombre superior y reconocido por todos, debió confundir de tal manera a su inquisidor que, ni entonces ni después, durante los Procesos, se hizo referencia alguna de él; y, si no hubo interrogatorio, y Colomiatti renunció a la citación, quiere decir que él tenía sus motivos. Por lo demás, que un don Bosco haya hecho a un padre Franco una propuesta semejante y que, en el peor de los casos, haya éste propagado la noticia, hablando con uno que fue su hermano, son cosas de tanta inverosimilitud que, sólo el haber supuesto ((**It15.240**)) la posibilidad, es, por lo menos, indicio de una mente enferma. La explicación más admisible de cuanto el Abogado fiscal escribió a Monseñor es que Pellicani hablara en un sentido y Colomiatti haya querido entenderle en otro que le favorecía, de lo que pronto tendremos luminosa prueba. En la carta citada, continuaba Colomiatti: <>. Meticulosas precauciones, hijas del miedo a tener que poner un día las cartas boca arriba y quedar abochornado. Algún rumor de estos enredos llegó a oídos de don Bosco: por lo que, a finales de noviembre o principios de diciembre (la copia de la carta no lleva fecha), escribió al Padre Santo. (**Es15.216**))
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