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((**Es14.77**) responsabilidades y le aseguro que no podrían merecerse mi gratitud de ninguna otra forma. Las intenciones, que V. S. me manifiesta para la consolidación y crecimiento de su instituto, las confirmo plenamente, y no dudo que su celo e incansable actividad, con la ayuda de Dios, logrará llevarlas prósperamente a efecto. En cuanto a mí, deseoso de contribuir, en la medida de mis fuerzas, a esta obra del Señor: espero que me proporcionará las ocasiones de ayudarle en sus dignos propósitos. Desearía, entre tanto, que me diese claros informes de qué medios tendría que valerme en relación con lo primero de que me habla, a saber, de las misiones extranjeras y de las nuevas relaciones que desea establecer entre ellas y otros entes. No dejé de presentar en seguida al Padre Santo el encargo que me pedía, y me alegro de poderle asegurar que fue atendido por S. S. con el más vivo agrado.Así, pues, con los sentimientos del mayor aprecio y particular consideración tengo el gusto de profesarme de todo corazón, De V. S. Ilma. Vaticano, 29 de abril de 1879 Su seguro servidor L. Card. NINA Nada hemos dicho todavía de la salud de don Bosco. Era ésta por entonces, bastante buena, a excepción de los ojos; sobre ello, nada mejor que escarbar en la ((**It14.81**)) correspondencia de sus dos secretarios con don Miguel Rúa. El 2 de marzo le escribía don Juan Bonetti: <>. Y don Joaquín Berto el día 7: <>. El mismo dos días después: <>. En la misma fecha leemos en el Diario: <>. 1 A la hora del Avemaría se oye desde lo alto del Capitolio un concierto de campanas que llena el aire de mística armonía e inunda el alma de suave conmoción.(**Es14.77**))
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