Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


((**Es14.68**) fisonomía de todos los visitantes, quedé en seguida impresionado por el aspecto de singular modestia, serenidad y recogimiento, que se desprendía de sus rostros, especialmente del que aparentaba más edad, que era precisamente don Bosco. Durante la larga espera de audiencia, seguí observandolo y quedé admirado de la calma con que, sin dar señales de preocupación, ora parecía absorto en graves pensamientos, ora leía y tomaba atentamente notas en una agenda. Mientras tanto, el tiempo de las audiencias se acercaba a su fin. Por la abundancia de visitantes, en aquella mañana, se preveía que muchos tendrian que salir ((**It14.70**)) sin lograrla, y entre ellos don Bosco, que había llegado algo tarde. Pero él, como quien no tiene prisa para ser admitido, esperaba siempre en su puesto, con inmutable tranquilidad. Jamás había visto en tales circunstancias tanta calma en visitantes en espera, hacia el término de las audiencias; y llegué en mis adentros a la conclusión de que don Bosco debía ser un hombre de Dios, una alma santa, porque su calma singular era fruto de una inalterable paz y dulzura, o era inspirada por la seguridad de una luz superior, de que tendria la audiencia. >>Penetrado, pues, de admiración y veneración, resolví obtenerle a toda costa la audiencia. Y así que se dio por terminado el plazo, y partieron los visitantes que no habían sido recibidos, dije a don Bosco que aguardase; me presenté al Cardenal y le rogué encarecidamente le diese audiencia, refiriéndole la gran impresión que me había producido de hombre santo. El Cardenal condescendió, don Bosco entró a la audiencia y estuvo un tiempo discreto. Cuando salió, comprendí que había recibido una acogida favorable, y me detuve a preguntarle los informes que podria darme sobre su condición. Y don Bosco me habló amablemente de su Instituto, que yo no conocía en absoluto, y de sus Cooperadores, en cuya unión me aceptó con mucho gusto. >>Recuerdo otro detalle; después de despedirse de mí, al atravesar la primera sala de entrada, entregó una propina a los servidores del Cardenal, que la aceptaron muy agradecidos. A mi entender, quiso compensarlos de este modo por haberlos hecho esperar más tiempo del reglamentario; y también este detalle me descubrió en él al hombre de Dios, que tenía con todos las más delicadas atenciones>> 1. En su residencia de la calle Tor de'Specchi, eclesiásticos y seglares se disputaban sus escasos ratos de tiempo libre. Nobles señores fueron a visitarle o le recibieron en sus casas con todos los honores. Fueron 1 Carta del P. Rafael del Corazón de Jesús, sacerdote Pasionista. La Spezia (Bugnato), 1.° de diciembre de 1924 (Bollettino Salesiano, febrero de 1925 pág. 36).(**Es14.68**))
<Anterior: 14. 67><Siguiente: 14. 69>

Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


 

 

Copyright © 2005 dbosco.net                Web Master: Rafael Sánchez, Sitio Alojado en altaenweb.com