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((**Es14.645**) ((**It14.755**)) 34 Relación del Delegado Rho al Ministerio El bachillerato anejo al Oratorio de San Francisco de Sales en esta ciudad, cuyos alumnos son siempre más de trescientos, está dividido, como los bachilleratos estatales, en cinco cursos, en los que se enseñan las materias, se siguen los programas y se usan los libros de texto prescritos o recomendados por la ley y por las vigentes instrucciones ministeriales. En dicho centro no se admiten alumnos externos.-Sus alumnos pertenecen generalmente a familias pobres o poco acomodadas que pagan la módica pensión de 24 liras mensuales. Si la familia del alumno no puede pagar, se hace que pague la cuota entera, o por lo menos una parte, algún pariente o algún bienhechor. Son muy pocos, como lo afirman personas dignas de fe, que han estado en dicho centro, los alumnos que consiguen ser mantenidos gratuitamente. Los mejores alumnos del quinto curso del bachillerato se presentan cada año, en número de veinte o treinta, a los exámenes de bachillerato en uno de los institutos estatales de esta ciudad y, generalmente, con feliz resultado. Estos, juntamente con algún otro de sus compañeros, visten después el hábito eclesiástico y pasan al curso trienal de filosofía (que nunca se quiso someter a la vigilancia de la autoridad escolástica) y, luego, al de teología, que se cursan en el mismo Oratorio de San Francisco de Sales, y acaban por inscribirse en la orden de los sacerdotes salesianos, instituida por don Bosco y reconocida por la Santa Sede. Estos sacerdotes salesianos, posteriormente, si tienen una inteligencia regular, encuentran la manera de ingresar en la Universidad y consiguen licenciarse en letras o, cuando menos, el diploma de habilitación para la enseñanza del bachillerato elemental; los otros se conforman con presentarse a los exámenes para maestros de enseñanza primaria. De esta manera, don Bosco se hace con un buen número de docentes, legalmente habilitados para la enseñanza, que destina a los centros que él mantiene en Italia y fuera de ella. Pero como éstos son demasiados, para que don Bosco pueda proporcionar maestros legalmente aprobados a todos, sucede a menudo que debe valerse de personal docente sin título legal y que, al encontrar por esto alguna oposición en la autoridad escolástica, se permite acudir a subterfugios y artimañas, que le acarrean grave culpa ante las personas que, en la sincera observancia de las leyes de la patria, colocan el primer deber de quien se dedica a la educación de la juventud. De todo esto me parece que se puede deducir que el Bachillerado anejo al Oratorio de San Francisco de Sales debe ser considerado, más que nada, ((**It14.756**)) como un vivero del que el reverendo Juan Bosco, fundador de una orden religiosa, saca sus socios, algunos de los cuales son dedicados por él a la enseñanza de los muchachos en sus numerosos instintos. No cabe duda, pues, que dicho bachillerato tenga por fin proporcionar algún beneficio a unos cuantos jóvenes, sacándolos de la humilde condición en que se encuentran para hacer de ellos sacerdotes normales, que emprenden después generalmente la carrera de la enseñanza, bajo la inmediata dirección del superior de quien dependen; pero, también es verdad que dos tercios de los alumnos de dicho instituto, interrumpen sus estudios a mitad de curso o no entran después de haberlo terminado en la orden de los Salesianos y vuelven a la sociedad sin medios de fortuna, sin peparación para los trabajos manuales, de los que fueron arrancados de niños, y sin (**Es14.645**))
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