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((**Es14.572**) Spezia? No se ha perdido el tiempo y costó mucho vencer las dificultades, que se multiplican a cada paso. No obstante, se logró que fracasaran todas las asechanzas, que solamente la inmoralidad y la impiedad protestante saben levantar. El día de san Lorenzo se firmó la escritura de compra del terreno, donde se proyectan construir las escuelas, la iglesia y la casa para nuestros maestros. Deseábamos que este acontecimiento tan esperado se hubiese realizado un poco antes, como un ramillete de flores para ofrecer a V. E. en su día onomástico; pero sobrevino otro obstáculo, que parecía dar al traste con toda la negociación. Eso no obstante, la tarde de aquel día logramos firmar en Turín la escritura, que nos hacía dueños de mil quinientos metros de terreno edificable, pagando el precio al contado: los planos correspondientes están terminados y el martes, día 17 de los corrientes, estará allí el ecónomo de la Congregación para empezar las obras, de modo que el próximo marzo podamos trasladar nuestras tiendas. No sé si será posible llevar a cabo tanto trabajo en tan poco tiempo, pero la necesidad no tiene ley y esperamos, con la ayuda del Señor, poderlo conseguir. Para los gastos necesarios en Marsella, en Niza, en Vallecrosia y en Turín, confío ir adelante sin dificultades. No así para La Spezia, pues allí no se puede esperar ninguna ayuda material. Hasta ahora nuestra beneficencia en aquella ciudad ha sido la inagotable caridad del Padre Santo. En una hojita aparte expreso mi pensamiento; ruego a ((**It14.672**)) V. E. se digne leerla y comunicarla a Su Santidad, si a la iluminada sabiduría de V. E. le parece conveniente. Le suplico, por fin, se digne presentar al Santo Pontífice los pobres esfuerzos que los Salesianos hacen por el bien de la Santa Iglesia, implorando la bendición apostólica para todos, especialmente para nuestros misioneros de América. Mientras nos encomendamos todos a la caridad de las santas oraciones de V. E., tengo el alto honor de poderme profesar con suma veneración y profunda gratitud, De V. E. Rvma. De la Casa de Nizza Monferrato, 20 de agosto de 1880 Su seguro servidor JUAN BOSCO, Pbro. Ante aquella gran mole de obras, gravitando sobre los hombros de una sola persona, era muy lógico que don Bosco se preguntase: <>cómo proveer de lo necesario a tantos muchachos asilados, cómo sostener tantas obras ya comenzadas: >>Dónde encontrar alimento y vestido para tantos maestros y alumnos?>>. A tan serios interrogantes contestaba: <>vamos a dudar que nos falte en lo porvenir: No, ciertamente. Hagamos todos lo poco que podamos, y Dios suplirá lo que falta. Pero, mientras ponemos ilimitada confianza en la bondad del Señor, no escatimemos nuestra cooperación. Cada uno medite un momento en el precepto del Salvador, cuando dijo: Dad y se os dará (**Es14.572**))
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