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((**Es14.453**) Colecciones de este género siguieron publicándose año tras año en el mes de mayo en las Lecturas Católicas y, a su vez, la Curia de Génova siguió concediendo sin dificultad la aprobación, como libros impresos en Sampierdarena; únicamente se ponía todo cuidado para evitar expresiones que pudiesen hacer pensar en milagros y no en simples gracias. Pertenece también a este año la antipática molestia de una inspección. El 18 de agosto por la mañana apareció de repente en la tipografía un delegado de policía con un grupo de guardias, que, después de ordenar a todos no moverse de su puesto y colocarse algunos de plantón, comenzaron una minuciosa pesquisa, sin que se pudiera saber qué buscaban. Sólo cuando el delegado se apoderó de las pruebas de imprenta del Bollettino Salesiano, se comprendió cuál podía ser el objeto del acto policíaco, aunque no se llegase a comprender la causa. La revista figuraba siempre como editada en Sampierdarena; pero, no raras veces, las circunstancias obligaban a imprimirla en el Oratorio. Era un recurso para evitar continuos roces con la Curia de Turín, liberarse de las dificultades de revisión y de frecuentes retrasos en la salida de la revista. Cuando el funcionario llamó a sus hombres, declarando que se había cumplido su mandato, alguien le pidió explicaciones: -íCelos de rivales en el mismo oficio!, contestó ((**It14.530**)) con una sarcástica sonrisa. Pero, antes de marcharse, se le hizo firmar una acta, en la que se hacía constar que las dos tipografías, la de Turín y la de Sampierdarena, formaban una sola. Don Bosco no se encontraba en casa, porque dirigía en Nizza Monferrato los ejercicios espirituales de las señoras y después los de las Hijas de María Auxiliadora. Informado de lo sucedido, comunicó a don Miguel Rúa su pensamiento sobre el particular. Muy querido Rúa: No logro comprender la finalidad de la inspección de la Comisaría de Policía. Nosotros siempre hemos considerado la imprenta de San Pierdarena como una sucursal de la de Turín y mandamos imprimir allí para emplear a nuestros muchachos según la posibilidad y el trabajo. Las dos imprentas están aprobadas por la autoridad gubernativa. Si hay alguna formalidad que cumplir, que lo digan y nos conformaremos a ella, pero que nos digan cuál es. Para que podamos hablar, podrías salir el domingo, a las nueve de la mañana: Turín, Bra-Nizza. Llegarías aquí hacia las dos y podrías regresar a las seis y media, por Génova 1. 1 Don Miguel Rúa tenía que ir a Marsella para los ejercicios espirituales de los Salesianos. (**Es14.453**))
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