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((**Es14.341**) que esta fama se hace cada vez mayor en los años siguientes; pero veremos también agigantarse a la par en el Siervo de Dios el humilde sentir de sí mismo. Pertenece a este período un detalle revelador, narrado por su secretario don Joaquín Berto. Para formarse cabal concepto de la actitud y lenguaje de este último, conviene saber que era hombre algo basto e incapaz por naturaleza de inventar o emplear fórmulas que pudieran parecer, aun de lejos, adulatorias. Un día díjole don Bosco: -Mira, Berto; desearía que anotaras todo lo que observas en mí de defectuoso y me lo dijeras. -Usted tendría que hacerlo conmigo, contestó el otro. -No, no, replicó el Beato; quisiera que tú anotases todo lo que encuentras reprensible en mí y me lo dijeses. Don Joaquín entonces, al ver que hablaba en serio, le dijo: -Pues bien, si usted quiere de veras que yo me tome esta obligación, prométame que usted hará otro tanto conmigo. -Sí, sí, conforme; empieza, pues, desde ahora mismo a decirme de qué cosas te parece que debo corregirme. -Si verdaderamente lo desea, he aquí lo que he observado en usted y que, a mi entender, debería corregir. Pero, mire que son naderías. ->>Cuáles por ejemplo? -Cuando usted habla y cuenta familiarmente algún hecho, tiene la costumbre de repetir casi a cada frase las palabras pero, o digo que, sin que sean necesarias para nada en la narración. ((**It14.396**)) Esto me apena cuando lo oigo, y no por mí, sino por los que escuchan. ->>Y qué más? -Otra cosa es que cuando celebra la misa después del Confiteor, al decir indulgentiam, absolutionem et remissionem peccatorum, dice a veces vestrorum, en vez de nostrorum, y tribuat vobis, en lugar de tribuat nobis. Don Bosco escuchaba con la cabeza inclinada; después, sonriendo, insistió: ->>Algo más? -He observado, además, que al tomar las abluciones del cáliz, las hace borbollar algunos instantes en la boca antes de tragarlas, como si quisiera enjuagarla. Este ruido lo oyen todos los que están cerca y a mí me hace mala impresión; me parece un defecto y, como quiero mucho a don Bosco, me gustaría que se quitase tales costumbres, Ahora le pido perdón, si he hablado con demasiada libertad. Pero él replicó: (**Es14.341**))
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