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((**Es14.145**) Como don Bosco debía ausentarse de Turín, encargó a don Miguel Rúa que fuera con don Celestino Durando a visitar al Gobernador para oír de sus labios cuáles eran sus intenciones, con respecto al Decreto de cierre. íDe mal en peor! Por la conversación supieron que los muchachos tenían que salir del Oratorio, y, como su resuelta actitud no admitía réplica, le rogaron tuviera a bien conceder una prórroga para terminar los exámenes, que era imposible acabar en el breve lapso de tiempo entre la intimación del Decreto y la fecha de despedida, y para poder colocar a los muchachos huérfanos de padre y madre. En cuanto a esto, pareció dispuesto a condescender, de modo que se consideró se podía seguir adelante unos días después del 30 de junio, sin temor a molestias 1. Pero fue una ilusión que se disipó muy pronto. El día mismo de aquella visita el Gobernador contestó a la carta de don Bosco, diciéndole que de ningún modo podía suspender la ejecución del decreto ministerial; por consiguiente, si el día 30 del mes no se cumplía la orden de cerrar el centro, ((**It14.162**)) amenazaba con acudir a los medios que le suministraba la ley para que fuera respetada la autoridad del Gobierno, de quien procedía el Decreto. <>. Pero don Bosco, con buen derecho, no había contado dos días festivos, el 24 fiesta de san Juan y el 29 domingo, y los dos días de la comunicación y del cierre. Tranquilo, sereno y afable le contestó: Ilmo. Señor Gobernador: Habiendo, por graves y legales motivos, interpuesto recurso a la Autoridad Superior, creía que sería prorrogada la ejecución del decreto de cierre de las escuelas de nuestros pobres muchachos, hasta que la competente autoridad se pronunciase. Mas, por la nota recibida ayer, advierto que V. S. quiere urgentemente la ejecución del decreto dentro del día de hoy, 30 de junio. A esta intimación debo someterme sin reserva. Por lo tanto, le participo que hoy mismo queda suspendida la enseñanza del bachillerato en este Centro; me industriaré para dedicar a los alumnos a algún oficio compatible con su edad y condición; los que todavía tienen padres serán entregados, a ser posible, a los mismos. Por último, algunos alumnos del quinto curso, como deben presentarse a los exámenes de reválida para el diploma, tendrán que seguir en el Oratorio, hasta la fecha de los exámenes oficiales. Tengo el honor de profesarme Turín, 30 de junio de 1879 Su atto y s. s. JUAN BOSCO, Pbro. 1 Carta de don Miguel Rúa a don Bosco, Turín, 28 de junio de 1879. (**Es14.145**))
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