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((**Es14.136**) De tal suerte, podía considerarse la enseñanza secundaria dada en centros, donde generosos bienhechores de la humanidad recogían jóvenes pobres y desamparados para cumplir con ellos el ministerio paterno. Es cierto que circulares de Ministros, interpretaciones de Delegaciones de Enseñanza, disposiciones de Consejos Escolásticos iban reduciendo prácticamente a una mera apariencia el principio legal de la enseñanza secundaria libre; pero, indudablemente, ningún poder ejecutivo tiene derecho a sustituir la ley, y un ciudadano que intente evitar ingerencias e imposiciones arbitrarias, no puede ciertamente ser tachado de desobediente a las leyes del Estado. Conocida la ley institucional, veamos ahora quiénes eran los encargados de su ejecución en Turín: primeramente el Gobernador, que se mostró el más celoso de todos en la campaña contra el Oratorio. Gobernaba la provincia de Turín un tal Minghelli, Vaini, cuya vida describió el entonces célebre consejero municipal Dupraz en una larga carta confidencial a don Bosco y que podemos resumir así: activísimo revolucionario en Módena en 1848, fue miembro del gobierno provisional de aquel ducado y llamado a formar parte del Ministerio después de la anexión; en 1849, fue nombrado director del nuevo penitenciario de Oneglia, pero, por falta de los requisitos ((**It14.151**)) necesarios para organizar y dirigir aquel establecimiento, después de una inspección y una información parlamentaria, fue trasladado a la dirección del penal para mujeres, y del hospicio venéreo en Turín; pasó, después, a diputado en el Parlamento; a inspector de prisiones, a gobernador de Cágliari y, por fin, a Turín. Otro del antiguo ducado de Módena, Nicomedes Bianchi, de Reggio Emilia, Asesor de la Institución Pública en Turín, fue el verdadero factótum en este asunto y llevó a él el espíritu sectario, del que tantas pruebas había dado en sus obras de historia. El Delegado Provincial de Enseñanza, Rho, estaba protegido por su hermano sacerdote, simple maestro elemental, pero, abusivamente, en función de inspector de escuelas. Los dos habían sido condiscípulos de don Bosco en las escuelas de Chieri. Se escondía en ellos un antiguo rencor contra el Beato, desde que un sobrino suyo había sido expulsado del colegio de Mirabello. El fogoso teólogo había amenazado con pedir cuentas de la afrenta sufrida, como él la llamaba; en 1879 hablaba contra el Oratorio y anunciaba, por una y otra parte como cierto, el cierre de sus escuelas, sin dar ninguna señal de que le desagradaba esta severa medida. Cuando don Bosco volvió de Roma fue a visitar al Delegado Provincial y aludiendo a sus inspecciones, le dijo: -íEspero que, tú al menos, me tratarás bien! (**Es14.136**))
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