Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


((**Es14.115**) ->>Qué me queréis decir con este ataúd? -Que debes predicar en vida lo que deseas que tus hijos practiquen después de ti. Esta es la herencia, el testamento que debes dejar a tus hijos; pero has de prepararlo y dejarlo cumplido y practicado a la perfección. ->>Abundarán más las flores o las espinas? -Os aguardan muchas flores, muchas rosas, muchos consuelos; pero también es inminente la aparición de agudísimas espinas que causarán a todos gran amargura y pesar. Es necesario rezar mucho. ->>Iremos a Roma? -Sí, pero despacio, con la máxima prudencia y con extremada cautela. ->>Es inminente el fin de mi vida mortal? -No te preocupes de eso. Tienes las reglas, tienes los libros, practica lo que enseñas a los demás. Vigila. Quise hacer otras preguntas, pero estalló un trueno horrible acompañado de relámpagos y de rayos, mientras algunos hombres, mejor dicho, algunos monstruos horrendos, se arrojaron sobre mí para destrozarme. En aquel momento una densa oscuridad me privó de la visión de todo. Me creí morir y comencé a gritar frenéticamente. Pero me desperté encontrándome vivo. Eran las cuatro y tres cuartos de la mañana. Si hay algo en todo esto que pueda servir de provecho para nuestras almas, aceptémoslo. Y en todo se dé gloria y honor a Dios por los siglos de los siglos. Sobre el tema de las vocaciones volvió en el mes de junio, dirigiendo una importante carta a los alumnos del bachillerato superior de Borgo San Martino. A mis queridos hijos de 4.° y 5.° curso de bachillerato, de Borgo S. Martino. Hacía tiempo que deseaba contestar a algunas cartitas, de vuestro querido profesor y de vosotros. No pudiéndolo hacer a cada uno en particular, escribo una carta para todos, reservándome el hablar con cada uno privadamente en la próxima fiesta de san Luis. Considerad, pues, que en este mundo los hombres deben recorrer el camino del cielo en uno de estos dos estados: eclesiástico o seglar. Para el estado seglar, cada uno debe elegir los estudios, empleos, profesiones, que le permiten el cumplimiento de los deberes del buen cristiano y que son del agrado de sus padres. En cambio, para el estado eclesiástico se deben seguir las normas establecidas por nuestro divino Salvador, a saber: renunciar a las comodidades, a la gloria del mundo y a los goces de la tierra, para entregarse al servicio de Dios y de este modo asegurarse mucho mejor las alegrías del cielo, que no tendrán nunca fin. ((**It14.126**)) Para hacer esta elección, escuche cada uno el consejo de su confesor y, después, sin hacer caso de superiores, ni de inferiores, ni de padres, ni de amigos, resuelva lo que le facilita el camino de la salvación que más le consolará a la hora de la muerte. El jovencito, que abraza el estado eclesiástico con esta intención, tiene certeza moral de hacer un gran bien a su alma y al alma del prójimo. En el estado eclesiástico, además, hay muchos caminos, que parten todos de un punto y tienden a un mismo centro, que es Dios. Sacerdote en el siglo, sacerdote en la religión y sacerdote en las misiones extranjeras son tres campos, en los que los operarios (**Es14.115**))
<Anterior: 14. 114><Siguiente: 14. 116>

Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


 

 

Copyright © 2005 dbosco.net                Web Master: Rafael Sánchez, Sitio Alojado en altaenweb.com