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((**Es13.98**) Reverendo Señor: Con gran satisfacción ha recibido nuestro querido don Bosco su atenta carta del día primero de los corrientes. Impedido por sus muchas ocupaciones, me da el agradable y codiciado encargo de contestarle. Me encarga, pues, ((**It13.105**)) le diga que venga en hora buena a visitarnos y se quede algún tiempo con nosotros, que le esperamos ansiosos y seremos muy afortunados de poderle hospedar. Pase también por el Patronato de San Pedro, en Niza (plaza de Armas, 1.°), y presente en el hospicio de San Vicente de Paúl de Sampierdarena esta mi carta, y también allí será bien recibido. Desde ahora le deseamos un feliz viaje y pedimos de corazón al Señor que le guarde y le haga llegar felizmente. Acepte los cordiales saludos de don Bosco, junto con los del que esto escribe, que se da por dichoso al profesarse con distinguida estimación, De V. Rvda. S. Turín, 5 de mayo de 1877. Su seguro servidor MIGUEL RUA, Pbro. La visita fue rápida. Se acercaba Pentecostés, por lo cual no podía quedarse hasta la fiesta de María Auxiliadora. Ya de vuelta a sus labores parroquiales, escribió a don Bosco una carta de agradecimiento por todas las atenciones que le habían dispensado; pero don Bosco tardó algún tiempo en contestarle, por estar ocupadísimo, pues, además de todo, tenía que atender y agasajar al Arzobispo de Buenos Aires, a quien acompañó también a Roma. Y desde Roma, le contestó el 13 de junio. Muy apreciado en Jesucristo: Estoy pasando en Roma algunos días y contesto desde aquí a la amable carta que se dignó escribirme en los últimos días del pasado mayo. Más que dar gracias, debe V. S. perdonarme la falta de atenciones, que tal vez no se le tributaron durante el brevísimo tiempo que tuvo la bondad de pasar con nosotros. Apenas si vio los preparativos, pero no vio la fiesta. íOh, cuánto me hubiera gustado que V. S. se hubiese encontrado con nosotros aquel día! He escrito al cónsul italiano, el comendador Strambio 1, que espero nos ayudará en nuestro proyecto, porque es muy humanitario y religioso. El Padre Santo habló de nuestro proyecto y lo estimula con toda su alma y bendice a todos los que lo promueven. Pidió noticias del Obispo de Marsella, a quien aprecia mucho. En Marsella, dijo, hay un amplio campo para muchos forasteros, a los que difícilmente se ((**It13.106**)) logra encarrilar por el camino que conduce al cielo. Se necesita mucho trabajo, mucha paciencia, pero Dios no dejará de ayudarnos en esta empresa. 1 El comendador Aníbal Strambio, cónsul italiano en Marsella, era condiscípulo de don Bosco. Véase: Memorias Biográficas, volumen I, págs. 287, 290, 365.(**Es13.98**))
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