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((**Es13.833**) ((**It13.983**)) 4.° Si hubiera que realizar trabajos extraordinarios de adaptación, construcción o reparación S. E. el cardenal Bilio, los señores de la Junta y el reverendo Juan Bosco de común acuerdo estudiarán la manera de proveer los medios necesarios para los trabajos. 5.° El Superior Eclesiastico ejercerá su plena autoridad sobre las materias de enseñanza y en todo lo que se refiere a disciplina, religión y moralidad de los alumnos, de acuerdo con las constituciones sinodales y apostólicas. Los tratados de filosofía y de teología serán siempre examinados, propuestos por S. E. y lo mismo el profesor de filosofía que el de teología deberán ser siempre aprobados por el Ordinario. A él pertenece también el examen y el juicio sobre los clérigos que debieran ser promovidos a las órdenes sagradas. 6.° El reverendo Juan Bosco, en su calidad de Superior General de la Congregación Salesina, se obliga por sí mismo y sus herederos, y el Eminentísimo Cardenal Arzobispo (sic) promete su protección a la Congregación entera, a fin de que pueda conservar su autonomía ante la Iglesia, y pueda este naciente Instituto alcanzar su crecimiento para mayor gloria de Dios y salvación de las almas. 7.° El programa de estudios, de las condiciones y normas de aceptación serán siempre propuestas a la aprobación del Ordinario. 8.° El contrato comenzara el próximo año escolar 1877-78; durara cinco años: y, si una de las partes quisiese romper este convenio, deberá avisar a la otra con cinco años de anticipación. 49 Cinco cartas del cardenal Bilio a don Bosco A Muy reverendo Señor: Respondo un poco tarde a la apreciadísima carta que me escribió desde Magliano respecto al proyecto de un colegio de educación en el Seminario: el motivo de la tardanza fue la mudanza de casa, la multiplicidad de nuevas preocupaciones, y, ademas, el no saberme decidir a aceptar un proyecto que, por los precedentes con el Alcalde del lugar, presuponía gravísimas dificultades. Creí oportuno madurar mas la gestión, oír a los consejeros del Seminario, y ahora que sé que la misma Junta ha escrito a V. S. sobre el particular rogándole directamente, con mi anuencia, a tomar no sólo la dirección de los estudios del Seminario, sino también la administración de las rentas, con mucho gusto le dirijo la presente para añadir mi recomendación, a fin de que las diligencias ya empezadas puedan llegar a feliz término, sin contravenir ((**It13.984**)) las disposiciones del sagrado Concilio de Trento, respecto a los Seminarios diocesanos. Por las razones mas arriba dichas, no me fue fácil dar las gracias por carta al reverendo Oliviero Iozzi, que me envió unas poesías manuscritas. Ruego a V. S. le presente mis excusas y le dé las gracias cordialmente de mi parte. Recibo siempre buenas noticias de los dos maestros don Daghero y Giacomuzzi; estoy muy contento de ellos por su ejemplar conducta y por lo bien que enseñan. El clérigo Giacomuzzi esperaba al señor obispo sufragáneo para la ordenación: Si (**Es13.833**))
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