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((**Es13.800**) 2.° Si, por acaso, sería posible que estos religiosos, durante su espera para embarcar en esa Ciudad, pudieran hospedarse en un lugar seguro; por ejemplo, en el Seminario, abonando el importe del alojamiento que fuera del caso. No te extrañe, Excelentísimo señor Patriarca, si me tomo tanta libertad y confianza la primera vez que te escribo. Doy por descontado que tu caridad será benigna y paciente. Excusa, por tanto, mi atrevimiento, y el Señor te dará el céntuplo de cuanto hagas por mí en este caso. Te suplico humildemente en el Señor tu bendición para mí y mis hijos. Adiós. 27 (en latín, en el original) Carta de Mons. Ceccarelli a don Bosco PEDRO B. CECCARELLI SALUDA EN EL SEÑOR A SU PADRE AMANTISIMO, JUAN BOSCO, RECTOR Y MODERADOR DE LA FAMILIA SALESIANA. Nada más grato y útil para mí que oír tu voz paternal y seguirla esforzadamente, como cumple sea en un hijo totalmente adicto. ((**It13.945**)) Hace poco recibí tu carta, Reverendísimo Padre, y la leí varias veces, pues la encontré plenamente afectuosa para mí. Por todo ello, te doy las más expresivas gracias, y recíbelas con el mismo espíritu que acompañas cada día a tus hijos. Tus augurios demuestran tu gran corazón; tus consejos, tan necesarios para mí, evidencian tu amistad, bondad y virtud. Los unos, claro está, no puedo echarlos en saco roto; y los otros, trataré, con la ayuda de Dios, con todas mis fuerzas, de que aprovechen a mi alma. >>Qué decir de ti, Padre mío, de tus Obras, de tus hijos e hijas? 1. Confieso mi ignorancia, y más vale que me calle. Has conseguido toda clase de virtudes: prudencia, humildad, caridad, etc.; has herido la cabeza del diablo insidiante, sin preocuparte de sus maquinaciones; y vistes de luz a tu nueva Hija y la llevas hasta lo más alto. Te has humillado hasta lo más bajo, como un guiñapo 2; pero no temas, actúa virilmente, que en Dios esté puesta sólo tu esperanza y, muy en breve, serás coronado de gloria. Tus hijos son hermanos míos y, los amo tanto que, por ellos, estoy dispuesto a todo, incluso a la muerte. Si en algo puedo serte útil o grato a ti y a tu Familia Saiesiana, ea, mándame, Padre: heme aquí, envíame. Que sea el Corazón de Jesucristo el deseadísimo lugar en el que ambos nos encontremos, nos movamos y nos amemos mutuamente. Adiós. Que ésa tu gran obra de redención puedas llevarla a cabo aquí y en todas partes. No niegues tu bendición para mí y mis familiares, y tenme siempre como siervo e hijo tuyo. Adiós. Sampierdarena, junto a Génova, 17 de noviembre 1877. 1 Monseñor había predicado los ejercicios a las Hijas de María Auxiliadora en Mornese y en Turín. 2 Alude a los conocidos ultrajes sufridos por don Bosco. (**Es13.800**))
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