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((**Es13.784**) vuestra congregación en Europa, haced que las reciba al menos cada mes. Vosotros recibiréis a su tiempo las noticias más consoladoras de los progresos que vuestra Congregación va haciendo en San Nicolás, en Buenos Aires, en Montevideo y en la Patagonia, que se abre a vuestro ardoroso celo. Que íel Dios bendito os conceda su gracia y su bendición! 12 Discurso del mismo en Alassio Laudate pueri, Dominum, laudate nomen Domini. Alabad, jóvenes, al Señor y magnificad su Providencia, tan grande y amorosa con todos, que extiende sus paternales cuidados hasta los pobres habitantes del nuevo Continente. Porque, si es grande el número de vicios y delitos, que contaminan la vieja Europa, y la falta de respeto a las autoridades eclesiásticas se deja sentir por todas partes en el antiguo ((**It13.927**)) continente, la joven América deseosa de libertad, propugnadora del progreso hasta la locura, no secunda a Europa en las nuevas teorías sociales que trastornan a la Iglesia y al Estado, al alma y la materia, a la nación y a la religión, al mundo y a Dios. Pero vosotros, queridísimos jóvenes, en este santuario de la ciencia y de la virtud estáis inmunes y cantáis al Señor sus loas. Laudate pueri, Dominum, laudate nomen Domini. Si por divina inspiración descubría Cristóbal Colón el nuevo mundo, lo hizo también, y sobre todo, para que fuese instruido en la religión católica, que él tanto amaba y profesaba con todo el corazón y sin ningún respeto humano. Más afortunados que Cristóbal Colón son los Salesianos, elegidos para reproducir los milagros de la caridad de san Vicente en este siglo egoísta, evangelizando a los pueblos que todavía duermen el sueño de la ignorancia en las inmensas regiones de la Pampa y de la Patagonia, salvarán a las generaciones presentes, prepararán las futuras para gozar de los bienes de la civilización que se deriva de la fe católica, y poblarán un día el cielo de bienaventurados. Queridos jóvenes, os lo repito, Laudate, pueri, Dominum, laudate nomen Domini, por la generosidad con la que Dios nos ha tratado a mí y a mis compañeros de viaje, peregrinos de la Ciudad Eterna, donde la maravilla de este siglo, el augusto Anciano del Vaticano, el inmortal Pío IX gobierna la Iglesia, en la que hemos nacido, vivimos y esperamos morir, y en la única que podemos obtener la gloria eterna. Load a Dios que es grande en sus maravillas, todas dirigidas a demostrar su ardentísimo amor a nosotros sus hijos; pero alabadlo de modo especial porque sois educados por los reverendos padres Salesianos, destinados por Dios a las más hermosas empresas y a las más apuestas obras en el antiguo y en el nuevo Continente para la mayor gloria suya y bien de las almas. 13 (original en castellano, que copiamos al pie de la letra) Carta del Arzobispo de Buenos Aires a don Bosco Muy Rvdo. Padre y amigo veneradísimo, No he tenido un momento, y desearía tener mucho tiempo para escribir largamente a V. R. La ruptura de la máquina a vapor en el Poitou no nos hizo más que demorar (**Es13.784**))
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