Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


((**Es13.653**) Patagonia. Pareció oportuna la última proposición, por ser más proporcionada a una nueva Congregación. Los resultados obtenidos me animan a pedir a V. E. que intervenga con su autoridad a consolidar la obra empezada hace dos años, bajo sus auspicios. Ruégole, por tanto, permita que antes le exponga brevemente tres cosas; necesidad de esta misión; situación de la misma respecto al personal; y respecto a los medios con que hasta ahora se ha sostenido; después de lo cual, V. E. juzgará qué decisiones se deban tomar para la mayor gloria de Dios. Necesidad de esta misión Es de advertir que entre las tierras de los salvajes, pamperos y patagones, hasta más allá de la Tierra del Fuego, o sea el cabo de Hornos, hay una extensión casi igual a la de Europa, donde el evangelio todavía no ha podido penetrar. En diversas épocas, hubo valerosos eclesiásticos que llegaron a algunas partes entre aquellos salvajes, pero siempre les costó la vida, sin poder obtener un éxito duradero de su sacrificio. Es verdad que en los confines de los países de los indios o de los salvajes hubo siempre algunos misioneros, sobre todo franciscanos o paúles, pero el escaso número y las extraordinarias distancias, junto con otras graves dificultades, hicieron también que fuera bastante escaso el fruto de su celo. Ante esta general necesidad, amaestrados por la historia y atesorando cuanto otros han dicho o hecho, considerando el estado actual de aquellos países, se juzgó oportuno hacer una nueva prueba. No enviar ya misioneros en medio de los salvajes, sino ir a los confines de los países civilizados y allí fundar iglesias, escuelas y hospicios, con dos fines: 1.§ Cooperar a conservar en la fe a los que ya la hubieran recibido. 2.§ Instruir, amparar a aquellos indios que la religión o la necesidad hubiere movido a buscar asilo entre los cristianos. La finalidad era la de ((**It13.770**)) establecer relación con los padres por medio de los hijos, a fin de que los salvajes se convirtieran en evangelizadores de los mismos salvajes. Para realizar este proyecto ayudó eficazmente el cónsul argentino residente en Savona, el cual, requerido por el Arzobispo de la República Argentina y por el misionero de Módena, monseñor Ceccarelli, hizo petición formal al humilde exponente para acudir con ayuda religiosa de los países ya organizados y de los salvajes. Porque, se escribía, estos desgraciados avanzan en tropel contra las tropas regulares para apresarlas, mientras quedan todos ellos destrozados con la metralla y arcabuces del Gobierno. Hechos los preparativos, el 14 de noviembre de 1875 partieron los primeros diez salesianos; un año después, salió la segunda expedición con veinticuatro; durante el mes de noviembre pasado, se realizó la última expedición con veintisiete salesianos. Y otros quince irán a reunirse con sus compañeros en la próxima primavera. Resultados obtenidos 1.§ Bendecidos por el Vicario de Jesucristo, y, por consiguiente, bendecidos sensiblemente por el mismo Dios, los misioneros salesianos encontraron una mies abundantísima. Monseñor Aneyros, Arzobispo de Buenos Aires, tiene una diócesis muy extensa, que limita por varios lados con patagones y pamperos. Muchos pueblos y alguna ciudad pasan años sin ver un sacerdote católico. Aquel Arzobispo, por consiguiente, acogió con la máxima benevolencia a los nuevos enviados, e inmediatamente les confió la administración de una iglesia llamada de la Misericordia o de los italianos, colocada en el centro de la ciudad y entonces abandonada. 2.§ Abrieron posteriormente oratorios festivos, escuelas nocturnas y también un (**Es13.653**))
<Anterior: 13. 652><Siguiente: 13. 654>

Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


 

 

Copyright © 2005 dbosco.net                Web Master: Rafael Sánchez, Sitio Alojado en altaenweb.com