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((**Es13.346**) circunstancia. Al correr del tiempo, ciertas concesiones se convierten en un derecho, que puede producir desagradables consecuencias. En la conversación del día 3 de abril, cayó la conversación sobre los murmuradores y dijo: -Ahí tenéis otra peste; las murmuraciones. En cuanto entran en las casas religiosas, todo va a la ruina; ya casi no queda esperanza de salvación. El único medio es cortar resuelta y bruscamente la rama contaminada. Es preciso que también nosotros nos pongamos poco a poco a imitar a las demás órdenes religiosas; al que está scrüsi (viciado) en algo, alejarlo sin esperar más tiempo a que se corrija. Se pasó después a hablar de los ejercicios espirituales que predicaba aquellos días don Julio Barberis a los internos de Valsálice, y el Beato expresó en seguida una idea que le era muy querida. -En el tiempo de los ejercicios, dijo, hace falta absolutamente tratar siempre de la vocación, y tratar de ella, por ejemplo, así: <((**It13.400**)) que dejan el mundo para ponerse más al seguro de los peligros>>. Y siguió así hablando en el tono de una sencillísima exhortación. Recomendar y mucho, que no se vaya a ciegas, sino que se piense bastante en ello, y se rece, y se rece, porque es un punto de capital importancia en la vida del hombre. Después añadir: ->>Hay alguno que sienta especial inclinación a la vida sacerdotal o religiosa? Pues bien, éste tal debe someterse y aconsejarse especialmente en estos santos ejercicios. >>Hay alguno ya adelantado en edad, que no sintió nunca la menor inclinación a estos dos estados? Pues bien, éste no está llamado; siga el género de vida en que se encuentra>>. De este modo creo que se puede hablar a todos de vocación, en cualquier colegio que se predique y cuyos alumnos pertenezcan a cualquier clase social, ya sean nobles, de la ciudad o del campo. En conclusión, este punto no debe omitirse nunca en nuestros ejercicios a los jóvenes. Para el cultivo de las vocaciones eclesiásticas y religiosas, estaban encaminadas, como es sabido, las Compañías. En efecto, éstas, a la par que tenían como fin inmediato la formación cristiana de los socios y la acción del buen ejemplo, alimentaban en los corazones las aspiraciones a la vida perfecta, lejos de los desórdenes del mundo. Durante (**Es13.346**))
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