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((**Es13.234**) Al día siguiente de esta conferencia se celebraba la Natividad de María Santísima. Algunos capitulares expresaron el deseo de ir a Turín en aquella circunstancia para confesar y cumplir otras obras del ministerio pastoral; pero don Bosco hizo observar que de momento nada tenía que interesar más que la buena marcha ((**It13.266**)) del Capítulo; se procurase, pues, anteponer éste a todo lo demás, a no ser que hubiese casos de urgente necesidad. -Deseo, siguió diciendo, que las cosas vayan adelante, desde luego con prontitud, pero con calma. No precipitemos nada, pues estas reuniones marcarán época en nuestra Congregación y de ellas dependerá en gran parte la buena orientación para el porvenir. No digo que de ellas vaya a depender su existencia o su disolución; pero sí que serán base muy segura de su desarrollo. Me parece que la salvación de muchísimas almas depende de lo que pongamos en regla en estos días. Determinóse, pues, que fuese a Turín solamente don Celestino Durando, ya que era verdaderamente necesaria su presencia. Aspirantes. Coadjutores demasiado jóvenes Conferencia 5.¦ Esta conferencia se celebró en la tarde de la Natividad después de los actos religiosos. Tratóse en ella de los aspirantes, de los novicios y de los profesos trienales. Sobre los aspirantes dijo don Bosco: -Ante todo hay que comprender bien qué significa ser aspirante en nuestra Congregación. Aspirante es aquel que desea apartarse del mundo y viene como para ver qué se hace aquí, si nuestra vida está de acuerdo con su índole, en una palabra, si le gusta o no la Congregación. El que viene de fuera nunca se hace una idea exacta de nuestras cosas: cada uno se las imagina a su manera; vengan, pues, al Oratorio o a otra casa, estén algunas semanas o algunos meses, y verán si la Congregación es para ellos o no, y también los Superiores pueden conocer a aquel postulante de una forma general. El, mientras tanto, paga una pensión o trabaja en favor de la casa. Una vez que haya conocido algo nuestra vida, si quiere marcharse, está en libertad de hacerlo; si, por el contrario, quiere quedarse, hará la petición formal para pasar al noviciado. Esto es ser aspirante. No hace falta que el aspirante conozca todas y cada una de las Reglas; sólo es necesario que conozca, de una forma general, el espíritu de la Congregación. Cuando viene uno, el cual, aunque completamente externo, es persona conocida, resulta cosa hecha: puede muy bien ser aceptado inmediatamente como novicio. Es superfluo poner en el catálogo de los aspirantes a los jóvenes de la casa; ((**It13.267**)) mientras están en ella, ya ven y conocen el espíritu de la Congregación y son también conocidos. Ya está todo hecho. Mas para los adultos no conocidos, el tiempo del aspirantado es (**Es13.234**))
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