Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


((**Es13.165**) Sí, por desgracia tienen razón para ello; y, si usted fuese testigo ocular, sin duda no se haría rogar para devolvérnoslo>>. La gracia de Nuestro Señor Jesucristo esté siempre con nosotros. Amén. Vuestra carta, amadísimos socios e hijos carísimos, me proporcionó la mas grande satisfacción. Demostráis que tenéis un buen corazón, y que todo lo que me escribieron los salesianos y ahora me cuenta el padre Cagliero de vosotros, es muy poco comparado con la realidad. La acogida hecha al padre Cagliero y a sus compañeros, es un hecho que quedará imborrable en nuestros corazones, y formará parte de la historia de la Congregación Salesiana. Sí, queridos cofrades, la historia recordará a los que vengan después de nosotros que, a fines del año 1875, un humilde grupo de misioneros con las manos vacías, movidos únicamente por el deseo de hacer el bien a sus semejantes, dejaron Europa y fueron a la República Argentina. Allí encontraron amigos, cristianos generosos, los Cofrades de la Misericordia. Estos los recibieron con bondad ejemplar, les ofrecieron vivienda, iglesia y pan, les dieron comodidad para ejercer su sagrado ministerio, y así ser conocidos, abrir casas y más casas en favor de la clase más menesterosa de la sociedad civil, los muchachos abandonados que, de no ser ayudados, se convierten en azote de la sociedad y, las más de las veces, acaban en las cárceles. Este bien, esta gloria se os debe a vosotros, generosos Cofrades. Ufanaos santamente de ello ante Dios y ante los hombres. De momento no puede el padre Cagliero volver a vosotros, como él desea de todo corazón. Es un hombre providencial y debe ir a iniciar una misión en la isla de Ceilán y luego otra en Santo Domingo. Después, Dios mediante, volverá a vosotros, que. sois sus primeros amigos de América. Mientras tanto, el 14 de noviembre próximo saldrá otro grupo de veinticuatro salesianos, ((**It13.185**)) que irán a reforzar a los que ya trabajan en las casas y colegios abiertos y también a substituir al alma querida de don Juan Bautista Baccino, llamado por Dios a recibir el premio de sus trabajos. Para hacer las veces de don Juan Cagliero tendréis celosos operarios: entre otros tendréis a don Santiago Costamagna, muy conocido por su maestría musical para el canto y la interpretación, y especialmente por su oratoria. Está también don Domingo Milanesio, que hace aquí mucho bien a la juventud pobre de los oratorios festivos. Ellos irán, e irán para trabajar a la mayor gloria de Dios y la salvación de las almas hasta el último instante de su vida. Pero vosotros, queridos Cofrades, seguid teniendo con ellos caridad y benevolencia. Compadeced sus defectos, aconsejadles bien, prestadles vuestra ayuda, e imaginad que el pan que les dais, lo entregáis a este pobre que os escribe y a quien vosotros llamáis padre, al firmar con el dulce nombre de hijos. Las palabras de afecto, de aprecio, de gratitud y acción de gracias, que os predico, deseo que las comuniquéis también a vuestros compañeros y a todos los que de alguna manera favorecen a los salesianos. Animo, pues, hijos amadísimos, seguid amando a la religión en sus ministros, seguid practicando vuestra santa religión católica que puede hacernos felices en esta tierra, la única que puede hacernos eternamente bienaventurados en el cielo. Si queréis hacerme algo verdaderamente grato, escribidme más cartas, y rogad por mí que, con verdadero aprecio y profunda gratitud, soy siempre en el Señor, vuestro Turín, 30 de septiembre de 1877. Afmo. amigo JUAN BOSCO, Pbro (**Es13.165**))
<Anterior: 13. 164><Siguiente: 13. 166>

Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


 

 

Copyright © 2005 dbosco.net                Web Master: Rafael Sánchez, Sitio Alojado en altaenweb.com